Mientras las mujeres estén sometidas al machismo, la violencia, la marginación y la falta de oportunidades no podrán desplegar todo su potencial, afirmó Martha Sahagún, quien hizo ver que éste «es un asunto institucional y de poder».
Durante la ceremonia de entrega de la presea «La mujer del año 2002» de Loréal y Unesco a la científica Ana María López Colomé, la esposa del presidente Vicente Fox sostuvo que cada vez más las mujeres «estamos derribando las barreras de la inequidad, la marginación y el sometimiento».
Hemos roto el silencio, agregó, la participación de las mujeres en el desarrollo del país es cada vez mayor «y muy pronto será decisiva, porque ya no somos ignoradas ni pasamos desapercibidas».
En el Museo Nacional de Antropología e Historia hizo ver que la historia de las mujeres ha representado una larga lucha contra el autoritarismo, por eso se liga a la historia de la democracia.
Sin embargo, dijo que para ganar la batalla hacen falta recursos en esta lucha que no es violenta sino de convencimiento y con base en la razón. «Hemos esperado mucho, por tanto sabremos actuar con paciencia, prudencia e inteligencia».
Advirtió que las mujeres ya no estamos al margen. Nos convertimos en agentes principales del cambio y ahora en sus promotoras activas, por lo que «de nuestra capacidad de organización dependerá en buena medida nuestro futuro».
Al hacer un reconocimiento a la científica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Sahagún lo hizo extensivo a las indígenas, campesinas, madres solteras, obreras, maestras, profesionistas, empresarias, políticas, científicas y a todas las que deben desempeñar una doble o triple jornada como resultado de las grandes desigualdades que prevalecen en nuestra sociedad.
Dijo que toda la población femenina merece tener acceso a la justicia, a la igualdad auténtica en el ejercicio de los derechos y obligaciones que marcan las leyes pero, aclaró, «no necesitamos concesiones, hombres y mujeres tenemos el mismo potencial físico y mental».
Nuestra lucha, continúo, es irreversible y defenderemos cada logro con la fuerza de nuestra razón, porque con nuestra lucha nadie pierde, salimos ganando hombres y mujeres de todas edades, creencias religiosas, preferencias políticas o niveles socioeconómicos.
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