Los gobiernos de todos los países deben tomar las decisiones políticas orientadas a financiar las estrategias, y la adaptación al cambio climático, pues ello significaría fomentar el desarrollo y avanzar en el cumplimiento de las metas del milenio, coincidieron aquí diversos especialistas.
Durante la «Reunión preparatoria hacia la COP 16 sobre adaptación al cambio climático: perspectiva científica», convocada por el Instituto Nacional de Ecología, que se lleva cabo hoy y mañana, representantes de organismos internacionales y dependencias federales plantearon la importancia de discutir este tema.
La planeación y desarrollo de políticas públicas son fundamentales para adaptarnos al cambio climático, sin embargo hombres y mujeres necesitamos comenzar a trabajar diferente y eso requiere dinero, afirmó Veerle Vandeweerd, directora de Desarrollo y Energía del programa de Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD por sus siglas en inglés).
Al presentar su ponencia «Soporte y financiamiento para la adaptación a nivel nacional», la especialista se mostró optimista sobre los trabajos que se llevarán a cabo en la 16 Conferencia de las partes sobre Cambio Climático (COP 16), a realizarse en noviembre próximo en Cancún, Quintana Roo.
«Si tomamos buenas decisiones podemos hacer que la pobreza se vuelva historia» afirmó.
Estimaciones del Banco Mundial señalan que se necesita invertir alrededor de 100 mil millones de dólares al año para adaptarse al cambio climático, no obstante Vandewwerd consideró que esta cantidad no es suficiente, porque si bien se necesita dinero, también es indispensable que se cambien las formas de producir y consumir los recursos naturales
En opinión de la representante de la PNUD, adaptación y mitigación son dos conceptos «de la misma moneda», que lejos de verse como temas separados, tienen que entenderse como acciones complementarias.
«El financiamiento es un tema amplio, pues después de consolidar estrategias para adecuarnos a los efectos del cambio climático, se necesitarán otros dos o tres mil millones de dólares para movernos a la mitigación, es decir implementar acciones que contrarresten y detengan dichos efectos», señaló
Al referirse a la actual situación mundial, Vandewwerd lamentó que el dinero desembolsado no esté cumpliendo con su objetivo, que es destinarlo a la gente de escasos recursos económicos, quienes sufren de forma más grave las consecuencias del cambio climático.
Por tal razón, y considerando que el Protocolo de Kyoto expira en 2012, dijo que aunque las negociaciones sean difíciles y lentas es importante que sigan adelante, pero «no podemos negociar por décadas»
Enfatizó que la incertidumbre que rodea a la COP 16, respecto a que los países no quieran comprometerse a firmar un nuevo pacto de reducción de gases de efecto invernadero, no debe ser una excusa para que los gobiernos no trabajen en un nuevo paradigma de desarrollo, que involucre las necesidades de la gente y no sólo la reducción de este tipo de gases.
Sobre este tema Shardul Agrawala, economista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dijo que los aspectos económicos deben ser considerados desde una perspectiva internacional para obtener respuestas óptimas a efectos como el calentamiento global.
La OCDE, instancia que ha trabajado por más de 9 años el tema de la adaptación y sus costos, afirma que los estudios económicos se han realizado solo en dos sectores: zonas costeras y agricultura.
Por esta razón, el economista instó a que se realicen investigaciones que abarquen temas como agua, energía, infraestructura, turismo y salud y así no tener limitaciones técnicas, y por el contrario que se reflejen los costos de las realidades.
En representación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el oficial de asuntos económicos, José Eduardo Alatorre Bremont, habló sobre el desarrollo sustentable y los asentamientos humanos y afirmó que estos son temas importantes para la región por los efectos negativos que se agudizan con la pobreza y la mala distribución de la riqueza.
Señaló que el nivel de desarrollo de los países latinoamericanos los hacen más vulnerables y sensibles a los extremos fenómenos naturales provocados por el cambio climático, pero además impactan en su desarrollo. Por tanto consideró necesario medidas que permitan hacer frentes a estos costos.
Resaltó que la mejor política para contrarrestar el cambio climático es aquella que también fomente el desarrollo, es decir que ponga especial énfasis en la infraestructura, la educación y la salud, áreas que nos ayudarán a la adaptación, afirmó.
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