La pobreza en Guatemala, representada en la figura de las niñas y niños que deambulan por las calles y en el incremento del trabajo infantil, evidencia el deterioro en las estructuras básicas de la sociedad, como la familia y la educación, señala un comunicado del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), al referirse a los 8.9 millones de personas que viven en penuria.
De acuerdo con UNICEF, la estructura familiar sufre de intranquilidades, a consecuencia de la pobreza extrema vivida en el país, que afecta el normal desarrollo de las niñas y los niños, que se ven en la obligación de trabajar en las calles.
Alejandra Vásquez, secretaria ejecutiva del Movimiento Social por los Derechos de la Niñez y Juventud (MSDNAJ), atribuyó la problemática a la falta de interés del estado de prestar los servicios básicos, como educación, salud y vivienda.
Dijo que para los padres es costumbre familiar que los infantes salgan a laborar, exponiéndolos al maltrato infantil, violaciones y manipulaciones psicológicas.
Por su parte, Ingrid Orantes, encargada de relaciones públicas en la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia, informó que el estado, a través del Programa de Hogares Sustitutos, rescató el año pasado a 101 menores que vivían en las calles, entre ellos a las y los jóvenes que eran explotados sexualmente.
El comunicado de la UNICEF subraya «el gobierno debe pasar de las palabras a las acciones y trabajar en el combate a la pobreza en todas sus expresiones, con el fin de disminuir las condiciones que fuerzan el trabajo infantil».
Otro aspecto que profundiza este flagelo es la desigualdad en la distribución de las riquezas, señala el informe presentado por el Banco Mundial, la semana pasada, en donde se menciona a Guatemala y Brasil como los países con mayor índice de pobreza en América Latina.
2004/GV