Los exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual y tuberculosis aplicados a los ciudadanos antes de casarse se han convertido en otra expresión de discriminación hacia quienes viven con VIH/Sida, pues sugieren que quienes viven con esta infección no tienen derecho a establecer una familia.
Esta disposición no es nueva y puede entenderse en sus propósitos sanitarios. Sin embargo, tampoco constituye una garantía de que el matrimonio ha quedado exento de contraer alguna infección y por tanto de no transmitirla a sus futuros hijos.
El tema es más profundo y requiere mucha atención. No obstante, el señalamiento de que «si tienes Sida no puedes casarte» fortalece el estigma en torno de la inmunodeficiencia adquirida y las mal llamadas «conductas de riesgo», obviando que el matrimonio no es una patente de corzo para mantener salud o evitar la violencia entre cónyuges.
Por ello, llama la atención que el director del Registro Civil del Estado de Yucatán, Jacinto Sosa Novelo, haya criticado dicha cláusula y que la considere discriminatoria para quienes viven con VIH/Sida.
También es notable que la diputada Beatriz Zavala Peniche, quien además es presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del congreso yucateco, considere absurda la existencia del examen médico como requisito matrimonial.
Estas posturas son plausibles, singularmente porque provienen de destacados panistas yucatecos y constituyen indicadores de que en ese instituto político empiezan a debatirse asuntos distintos y necesarios para generar calidad de vida en quienes viven con VIH/Sida.
No obstante lo anterior, resulta preocupante que Sosa Novelo y Zavala Peniche juzguen necesario implementar una «consulta» para preguntar a la ciudadanía si las personas con VIH/Sida deben o no casarse, toda vez que los derechos humanos no están a consulta ni tampoco las prerrogativas constitucionales.
Ellos, como funcionarios públicos, están obligados a cabildear entre sus pares para derogar esta cláusula del Código Civil yucateco. Ahí es donde deben dar tan importante paso jurídico. No todo en la vida puede ni debe someterse a consulta.
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