Exigen castigo a violencia sexual durante conflicto colombiano

Las organizaciones de mujeres en Colombia pidieron en diciembre una participación real en los diálogos de paz entre el gobierno de este país sudamericano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras el Encuentro Nacional de Mujeres por la Paz.
 
La Corporación Humanas advierte de la necesidad de que se judicialicen los casos de violencia sexual cometidos por los actores armados. Adriana María Benjumea Rua, abogada y directora de Corporación Humanas Colombia, responde a LolaMora Producciones.
 
El informe de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional sobre la situación en Colombia es claro: “Existe un número limitado de procedimientos judiciales por violación y otras formas de violencia sexual de los actores armados, pese a la escala del fenómeno”. Algo que suscribe la Corporación Humanas con su campaña.
 
–¿Qué significa judicializar los crímenes de violencia sexual?
–Significa visibilizar los crímenes que afectan en mayor medida a las mujeres y que cuentan con los más altos índices de impunidad. Para las víctimas significar tener acceso a la verdad, justicia y reparación, a pesar del enorme costo que tiene para sus vidas acceder a un aparato judicial que no es sensible al tema.
 
“La judicialización significa también enviar el mensaje a la sociedad de la gravedad de estos hechos e impulsar la desnaturalización de la violencia contra las mujeres en sus diversas modalidades”.
 
–¿Por qué es tan importante para Humanas que se judicialicen estos crímenes en Colombia?
–Porque son los delitos más invisibles en el conflicto armado, en los que más encuentran obstáculos las mujeres al ser juzgadas y revictimizadas.
 
“Estos crímenes son a su vez el efecto de la violencia y la discriminación contra las mujeres, por lo que su judicialización contribuye a erradicar esta forma de discriminación y garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
 
“Una cosa muy importante es que en el marco del conflicto armado colombiano ha sido una herramienta de guerra; los actores armados de todos los grupos, legales e ilegales, la han utilizado para ganar un lugar en la guerra, es más que un tipo penal que afecta la libertad de las mujeres, se ha utilizado como tortura y como mecanismo para castigar, dominar, expropiar las tierras de las mujeres, etcétera.
 
“Por eso es muy importante para Humanas que se judicialicen esos crímenes, porque tiene que ver con la verdad de lo que pasó y las finalidades de la violencia en el marco del conflicto”.
 
–¿Teme Humanas que los crímenes sexuales no sean siquiera nombrados en las presentes negociaciones/diálogos entre el gobierno colombiano y las FARC?
–No es común que en las negociaciones se hable de los delitos cometidos por el grupo armado, y menos aún de los delitos más invisibles como son los de violencia sexual.
 
“Tampoco es frecuente que los grupos armados acepten la comisión de crímenes sexuales, pues los relacionan con relaciones voluntarias o por lo general desmanes de la tropa, así que por la complejidad de este tema puede que no sea nombrado en las negociaciones, y si lo es sería tocado de manera tangencial, dejando por fuera muchas de las raíces del problema”.
 
–¿Qué consecuencias generales han visto en otros países –en otras negociaciones de paz– cuando hay amnistía para estos crímenes?
–Entre las múltiples consecuencias está la reiteración de la comisión de estos hechos, incluso a las mismas víctimas que previamente fueron agredidas.
 
“La falta de sanción de estos casos dificulta la construcción de la verdad y la reconciliación de la sociedad. Es nefasto que una sociedad envíe el mensaje de que estos crímenes no se judicializan.
 
“Es necesario que el mensaje sea claro: la violencia sexual no es y no puede ser considerada un accionar de guerra, los delitos sexuales no son actos que se puedan nombrar como parte de las hostilidades y, en ese sentido, es obligación su judicialización, sin amnistías”.
 
–¿Qué papel están jugando las mujeres en las negociaciones actuales?
–Por medio del movimiento Mujeres por la Paz, Humanas viene participando en espacios de la sociedad civil que respaldan el proceso de paz, y que hacen un llamado a que las partes no se paren de la mesa hasta que no se logre un acuerdo.
 
“Las mujeres en Colombia estamos exigiendo la visibilización de las propuestas de las mujeres y la participación en el proceso. La participación no es sólo un puesto en la mesa, son espacios de diálogo entre las partes, que tengan oídos para escuchar las propuestas de las mujeres y que se construya una paz con voces de mujeres.
 
*Este texto fue tomado del portal Lolamora.net
 
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