Inicio Exigen pensionados el incremento prometido en 2001

Exigen pensionados el incremento prometido en 2001

Por Lourdes Godínez Leal

Pensionadas y pensionados por invalidez, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se manifestaron ayer a las afueras del Senado para pedir un incremento del diez por ciento en sus pensiones y en contra del incremento al IVA en alimentos y medicinas.

Lo que se había programado para una conferencia de prensa se convirtió en un mitin afuera del Senado en donde casi un centenar de pensionadas y pensionados se reunieron para exigirle al panista Diego Fernández de Cevallos cumpla la promesa hecha en 2001 a este sector, de incrementar sus pensiones en un diez por ciento.

Blanca Irma Alonso, presidenta del Movimiento Unificador Nacional de Pensionados, Jubilados y Adultos Mayores, informó a Cimacnoticias que actualmente de los más de dos millones de pensionados del IMSS alrededor de 600 mil son mujeres, en su mayoría viudas pensionadas, que reciben una pensión mensual que va desde los 800 hasta los mil 300 pesos.

Para estas mujeres la pensión no alcanza para cubrir sus necesidades básicas, los gastos para 15 días son superiores al dinero que reciben por la pensión.

Y es que la mayoría de ellas son viudas pensionadas con más de 60 años de edad, por lo que es muy difícil que puedan conseguir otro trabajo, «se ha sabido de casos de compañeras que incluso tienen que prostituirse para sufragar sus gastos porque no les alcanza», comenta a Cimacnoticias Alonso Tejeda.

Para ella este sector es el más olvidado, no hay interés por parte de las autoridades ni programas integrales para enfrentar su problemática y, por otro lado, denunció, «también estamos desprotegidos en la seguridad social; a esta edad se necesitan medicamentos permanentes y el Seguro Social no cubre nuestras necesidades».

Estas mujeres tienen dos opciones: o esperan a que surtan el medicamento en las clínicas del Seguro Social o ir a un doctor particular, pero esto tampoco es suficiente porque o pagan la consulta o compran las medicinas.

Yolanda tiene 64 años y cuatro años de pensionada, su esposo trabajó durante 35 años en la tienda Astor y falleció, y ella quedó como beneficiaria de la pensión. Al mes recibe mil 350 pesos, pero es diabética y gasta 800 pesos mensuales en medicina, el resto lo utiliza para pagar su luz, teléfono y para comida; «ni para unos zapatitos me queda», lamenta.

María Elena trabajó durante 40 años como secretaria en la editorial Diana y tiene 14 años de pensionada. Al mes recibe mil 300 pesos de pensión y a sus 67 años continúa haciendo trabajos de mecanografía o «mandados» para que le den lo que ella considera «una propina» y poder completar para sus gastos.

Luz María no es tan «afortunada», ella recibe al mes mil 100 pesos de pensión. A sus 66 años los estragos de 25 años de trabajo como intendente han golpeado su salud: «El polvo lastimó mis pulmones y ahora tengo seguido infecciones en la garganta»; con una hernia a cuestas y una úlcera, Luz María se lamenta por no tener una buena alimentación y por el poco dinero que recibe como pensión que, dice, no le alcanzar para sus estudios médicos.

Para Manuela Sánchez la vida no ha sido fácil. Ella es una mujer joven, tiene 42 años y un esposo de 46 años que fue pensionado por invalidez al perder los tres dedos de su mano izquierda y quedar sordo en la troqueladora donde laboraba.

Manuela tiene un hijo de 16 años con retraso mental, y al mes recibe una pensión de 521 pesos, mismos que no le alcanzan para los medicamentos de su esposo, quien además necesita aparatos auditivos que, según sus cuentas, costarían para ambos oídos 15 mil pesos.

Todas ellas, visiblemente agotadas, esperan afuera del Senado con la esperanza, dijeron, de que el gobierno «nos dé un centavo más» y de que sus peticiones para que no se incrementen los alimentos ni las medicinas con las que tienen que vivir de por vida, y sean escuchadas por los senadores.

Cabe recordar que el dictamen de la Comisión de Hacienda impulsado por Elba Esther Gordillo y la fracción panista en la Cámara de diputados pretendía gravar las jubilaciones, retiro o invalidez, así como las pensiones y haberes de retiro.

2003/LGL/GMT

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