Las pequeñas empresas extranjeras en la ciudad de México son las que las violentan más los derechos de las trabajadoras con delitos que van de la negación de contrato a las agresiones físicas, según un nuevo estudio de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en el Distrito Federal.
Florencia Becerra Hernández, jefa de la unidad departamental de Protección a Mujeres y autora de la investigación en curso, detalló a Cimacnoticias que entre estos negocios resaltan los restaurantes chinos, las empresas con dueños coreanos, japoneses y estadounidenses así como algunos comercios árabes.
En general, les dan un trato pésimo a las empleadas y nunca les pagan horas extras.
Por giro, las peores empresas nacionales o no, son aquéllas que subrogan servicios de seguridad y limpieza así como las de ventas por teléfono «donde se violentan todos los derechos de las trabajadoras», explicó Dolores Unzueta, subdirectora de Protección a Mujeres y Menores de la misma instancia en entrevista.
En la experiencia de esta oficina de gobierno, las empresas grandes y las burocráticas suelen cumplir con sus obligaciones laborales pero tampoco están exentas de violencia o acoso sexual.
De acuerdo con los resultados preliminares hasta el año 2001, que parecen confirmarse con los de 2002 y 2003, las denuncias sobre violencia verbal, sicológica y física van en aumento constante.
Mientras que para mediados de 1999- cuando se creó la instancia- registraron 15 casos, en el año 2002 fueron 26 y 52 en todo el año 2001, cifra similar al número de denuncias recibidas en los primeros seis meses del año 2003.
Las denunciantes –solteras en 66 por ciento de los casos y con educación media básica y superior- acuden a esta oficina para reportar desde insultos, explotación y presión sicológica para hacerlas renunciar hasta golpes o empujones.
Florencia Becerra, adelanta que el maltrato se da en los mismos términos en estratos educativos y económicos bajos, pero no se reportan.
Documentar estas denuncias –además de darles un curso legal- tiene el propósito de «llevar pruebas fidedignas» a la reforma de la Ley Federal del Trabajo para que contemple la discriminación femenina que se traduce en no contratación o despido por gravidez, en acoso sexual o violencia en el trabajo.
Además sirve para tener datos confiables de las irregularidades en el ámbito de trabajo y así generar estrategias y políticas públicas de protección a las capitalinas, abundaron.
Para evitar sinsabores, Unzueta y Barrera llamaron a las capitalinas que buscan empleo a estar alerta sobre las empresas que solicitan pruebas de no embarazo «porque esto indica que discriminan a todas las mujeres» a exigir un contrato y el cumplimiento con el Instituto Mexicano del Seguro Social así como que brinden pagos puntuales.
2003/MR/MEL
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