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Falla el gobierno de Indonesia en proteger a infancia explotada

Por Redaccion

El gobierno de Indonesia está fallando con la niñez de su país, al no proteger a las niñas y niños de los abusos y explotación, quienes trabajan más horas y mucho más duro que los adultos, señala el informe del investigador de Asia en la División de Derechos de los Niños en Human Rights Watch, Bede Sheppard.

El informe de 73 páginas, Trabajadores en las sombras: Abuso y explotación de niños trabajadores domésticos en Indonesia», explica que el Gobierno excluye a niñas y niños trabajadores del hogar de las leyes que protegen al resto de la fuerza laboral, además de que se viola el principio de que la edad mínima para los trabajadores de tiempo completo es de 15 años.

Algunas de las empleadas del hogar apenas tienen 11 años de edad, y desempeñan labores de cocina, limpieza, lavandería y cuidado de niños. La mayoría de las niñas entrevistadas para el informe trabajan de 14 a 18 horas al día, siete días a la semana, sin día de descanso. Casi todas reciben salarios muy bajo, y algunas ni siquiera perciben un salario y. en el peor de los casos, algunas reportan que han sido violadas o maltratadas física o emocionalmente.

Aquellos que son considerados trabajadores formales en Indonesia tienen derecho a un salario mínimo, pago de horas extras, una jornada laboral de ocho horas al día y 40 horas por semana, un día de descanso a la semana y vacaciones, sin embargo de esos derechos se excluye a mujeres y niñas que trabajan en hogares ajenos, señala Human Rights Watch.

A menudo los empleadores reclutan a niñas y niños en lugar de adultos para así tener a alguien que trabajará por menos dinero, se quejará menos, será más fácil de controlar, y tendrá menos conexiones sociales», dijo Sheppard.

Debido a que estos son los mismos factores que hacen al trabajador más vulnerable al abuso y a la explotación, las niñas necesitan protecciones adicionales, como garantía de comida y asilo decentes, y respuesta policíaca pronta cuando exista algún problema».
El informe fue publicado con motivo del Día Nacional de los Trabajadores Domésticos en Indonesia, que se celebró ayer 15 de febrero.

Enfatiza el Informe en que la ley en ese país establece que las y los niños menores de 15 años deben asistir a la escuela, y no deben trabajar tiempo completo, por lo que el gobierno debe identificar a menores de esa edad trabajando en labores domésticas y apoyarlos a regresar a la escuela y darles prioridad apoyándolas a regresar a la escuela», dijo Sheppard.

Human Rights Watch destacó que el Gobierno de Indonesia debe establecer los estándares de otras naciones, con el fin de evitar la sobreexplotación de niños y niñas que realizan trabajo en hogares ajenos.

De acuerdo con una encuesta conducida por la Universidad de Indonesia y la Organización Internacional del Trabajo (ILO por sus siglas en inglés) en los años 2002-2003, aproximadamente 688 mil niños menores de 18 años se desempeñaban como trabajadores del hogar en Indonesia.

El informe de Human Rights Watch destaca cómo la perspectiva discriminatoria o mal informada de los funcionarios de gobierno conduce a la gran resistencia del gobierno a establecer nuevas políticas para proteger a las niñas y niños que realizan tareas domésticas.

Dichas actitudes son expresadas rutinariamente por oficiales del Ministerio del Trabajo, el cuerpo gubernamental con responsabilidad principal para investigar la explotación laboral de las y los niños y de diseñar la legislación de protección para los trabajadores domésticos.

MITOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

Un funcionario de la Agencia del Trabajo de Yakarta citado en el Informe explicó que la agencia simplemente nunca considera a las y los niños trabajadores domésticos como «trabajadores verdaderos».

Existe una ceguera voluntaria por parte de algunos funcionarios de gobierno que ignoran o niegan que las y los niños trabajadores domésticos son explotados y abusados», dijo Sheppard. Por ejemplo, algunos funcionarios de gobierno se rinden y alegan que es imposible monitorear las condiciones en los hogares privados los empleadores, y siquiera proveen adecuadamente una línea telefónica directa que los niños podrían utilizar para reportar abusos y buscar ayuda.

En el informe se señalan, entre otras, percepciones erróneas, como el mito de que las y los niños trabajadores domésticos no son trabajadores, sino simplemente ayudantes, aunque, de acuerdo con la investigación de Human Rights Watch, desempeñan actividades que son sujetas a impuestos, productivas, y merecen ser reconocidas como trabajo.

De hecho, largas jornadas de trabajo pueden ser tan duras que algunas niñas y niños se enferman. Los organismos de derechos laborales alrededor del mundo reconocen que el trabajo doméstico es un segmento laboral importante que debe ser regulado.

Otro mito es que los empleadores tratan a niñas y niños trabajadores domésticos «como familia». En respuesta, Human Rights Watch considera, con base en investigaciones, que los empleadores frecuentemente reclutan niñas y niños a través de agencias laborales comerciales o vendedores locales con conexiones personales con las y los menores de edad.

En estos casos, cualquier clase de conexión familiar entre el empleador y el empleado se pierde. Cuando la principal preocupación del empleador es el mantenimiento de su casa, no el desarrollo personal del empleado, la relación entre el empleador y la o el niño es puramente comercial.

Se habla también con frecuencia de que las condiciones del trabajo doméstico son difíciles de monitorear, a lo cual dice HRW: lo que sucede es que el gobierno elige no dar prioridad a la protección de las y los niños trabajadores domésticos.

Incluso las líneas telefónicas directas más básicas que podrían utilizar para reportar abuso y buscar ayuda no son las adecuadas. Cuando Human Rights Watch llamó a la línea telefónica directa para niños más anunciada y patrocinada por el gobierno, solo recibió respuesta en dos de los 23 intentos de llamadas que se realizaron.

ALGUNOS TESTIMONIOS

Todos los días mi empleadora estaba enojada y me pateaba y pellizcaba. Casi a diario. Cuando trapeaba el piso, no usaba un trapeador, solamente mis manos y un trapo, y entonces mi empleadora me pateaba para que yo limpiara más al fondo por debajo de la cama. Me pellizcaba en los hombros, dijo Ratu, de 15 años de edad.

Trabajo desde las 4 de la mañana hasta la medianoche. No se me permite descansar, denunció Kemala, de 16 años de edad.

Alguna gente nos ve como ayudantes, no como trabajadores. Pero somos trabajadores. Tenemos un salario fijo. Yo de hecho desempeño un papel importante, sin el trabajo que realizo durante el día en el hogar, la gente que vive ahí no podría efectuar el llamado ‘trabajo formal’ en sus oficinas. Y aun así la gente del gobierno nos considera ciudadanos de segunda clase», explicó «Dian, de 16 años de edad.
09/LAG/GG

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