La falta de acuerdos en el tema de los subsidios de los países ricos a su sector agrícola amenaza con alargar un día más la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se desarrolla en esta ciudad, indicaron fuentes del Grupo de los 22.
En un clima de enfrentamiento entre países pobres y ricos que no se veía en reuniones de este tipo desde el fin de la guerra fría, aunque sin el componente ideológico de entonces, los ministros de los 146 países que integran la OMC intentan acuerdos que permitan el cumplimiento de los Acuerdos de Doha.
Para el 1 de enero de 2005 deberán quedar establecidos los acuerdos para eliminar, o al menos reducir de manera sustancial, los subsidios agrícolas de casi 300 mil millones de dólares anuales, para poder abatir así los subsidios a las exportaciones y mejorar el acceso a los mercados.
De esa cantidad, el 80 por ciento son aplicados por Estados Unidos, Japón y la Unión Europea (UE) y su eliminación –de acuerdo con un informe de IPS basado en un estudio del Centro de Análisis de Políticas Agrícolas de la Universidad de Tennessee- podría llevar a un grave descenso de los precios agrícolas que tendría un fuerte impacto en países pobres.
El estudio indica que la solución para lograr un comercio equilibrado, sería establecer políticas que beneficien a los campesinos y aumentar la cooperación internacional. Quienes se oponen a dicha tesis, es decir los países pobres, argumentan que la eliminación de subsidios permitiría salir de la pobreza a 144 millones de sus agricultores.
Para dar una idea de la complejidad del problema, baste decir que el monto de los subsidios en los países ricos supera el Producto Interno Bruto (PIB) de todas las naciones del Africa austral y suma seis veces el monto destinado a la asistencia del mundo en desarrollo.
Al respecto, el director del Banco Mundial, Shengman Zhang, señaló de manera enfática durante la reunión de la OMC: «No podemos permitir que un grupo relativamente acomodado de habitantes de los países ricos nos impida avanzar hacia un sistema de comercio global que sirva para que una gran cantidad de pobres pueda salir de la pobreza».
Y agregó: «Los países ricos son responsables de dos tercios del comercio mundial y están en mejores condiciones para enfrentar a largo plazo los costos asociados con las reformas que deben hacerse al comercio».
El llamado Grupo de los 22 (G-22), del que México forma parte, pugna porque se acuerde una eliminación sustancial durante esta reunión que en principio está programada para terminar mañana, pero en la que la falta de acuerdos amenaza con prolongar.
El canciller de Brasil, Celso Amorim, advirtió que si en Cancún no se encuentran los caminos para reducir los subsidios, la OMC corre el riesgo de perder su credibilidad y el mundo enfrentará serios problemas comerciales.
La importancia de lo que se decida en esta reunión depende el futuro de millones de campesinos, la mayoría de los cuales ignora que su futuro se discute en esta ciudad del Caribe mexicano, pues aunque apenas entre el 10 y el 20 por ciento de la producción agrícola forma parte del comercio mundial, las reglas que se decidan sobre el tema tienen influencia directa sobre el resto del mundo.
2003/GMT/MEL