Inicio Falta de reconocimiento y asedio sufren tortilleras de Oaxaca

Falta de reconocimiento y asedio sufren tortilleras de Oaxaca

Las mujeres y la naturaleza tienen una indisoluble relación, en la que desde sus distintas actividades, buscan salvaguardar «la casa» de las amenazas de privatización o ambiciones que la destruyen, aseguraron aquí investigadoras.

Durante la mesa de Género y Medio Ambiente, representantes de organismos no gubernamentales y expertas analizaron la relación entre la naturaleza y las mujeres, desde la elaboración de tortillas de maíz, la siembra de café y otros granos o la procuración del agua, además de presentar los resultados de diversas investigaciones.

La investigadora Pilar Pérez Delgado, de la organización Estudios Rurales y Asesoría (ERA), presentó los resultados de la investigación las mujeres tortilleras y resaltó la tan importante actividad que realizan sin el reconocimiento social, menos aún de las instituciones promotoras de cultura y turismo, pese a que algunas tortillas como las tlayudas son consideradas como iconos de la gastronomía local.

La bióloga indicó que la actividad de las tortilleras está íntimamente relacionada con el aprovechamiento de los recursos forestales, agrícolas y pétreos. La más importante es el aprovechamiento de recursos forestales.

Por ejemplo, estimó que en los cinco municipios estudiados (Tlaxistac de Cabrera, San Agustín Yatareni, San Felipe del Agua, San Felipe Tejalapan y San Antonio de la Cal) el desmonte equivale a 93 hectáreas por año, 15 mil 300 metros cúbicos de leña, es decir más de 145 mil árboles por año.

De acuerdo con Pérez Delgado se reflexionó con más de cien mujeres sobre las estrategias para reducir los impactos naturales, como el abastecimiento masivo de braceros ahorradores de energía, la plantación de especies dendroenergéticas en la región, manejo de leña en las comunidades que aún mantienen aprovechamiento y el establecimiento de cadenas productivas con las comunidades forestales del estado para el abastecimiento de leña.

Las problemáticas de salud, social y laboral de las tortilleras también fue planteada: una de ellas es originada por las arduas jornadas de trabajo de hasta 17 horas diarias, siete de ellas las pasan paradas o hincadas en cocinas rústicas, con una gran cantidad de humo y soportando altas temperaturas que le hacen padecer enfermedades crónicas.

Además del no reconocimiento de la población oaxaqueña, las tortilleras de los Valles Centrales se enfrentan al asedio de los inspectores municipales para cumplir con el pago del piso por estar en el pasillo de los mercados municipales, donde por lo general venden sus productos o en todo caso recorren varios kilómetros de calles para expender casa por casa sus productos cargando en la espalda hasta 40 kilogramos de peso.

Por otra parte, la ingeniera Rocío Solís, presentó los resultados de la investigación Mujer indígena y medio ambiente, el caso de las comunidades del Sector Zoogocho, en el que recalcó que desde la cosmovisión de estas comunidades la naturaleza es madre, alimenta y da alimento de vida.

El sector Zoogocho está conformado por 19 pueblos, ocho cabeceras municipales y 11 agencias, donde se tiene un enorme respeto por la naturaleza «de la que nadie puede ser dueño ni privatizarla».

Se entiende, señaló la investigadora del Centro de Acción para el Desarrollo (Códice, AC), como el espacio vital que permite la vida comunitaria y por lo mismo se debe respetar; hoy vemos con coraje y tristeza cómo la ambición del ser humano está destruyendo nuestra casa y a nuestra madre.

Solís explicó que el maíz es el principal alimento y el cultivo a través del cual se pueden observar una serie de tradiciones y costumbres que definen la participación diferenciada de mujeres y hombres.

«Las mujeres poseen un amplio conocimiento y relación con la naturaleza, conservan una serie de conocimientos ancestrales que les han permitido el manejo de la medicina tradicional, con la presencia de parteras y curanderas que mantienen una presencia importante en la vida comunitaria».

La investigadora destacó que aunque las costumbres son diversas, destacan en el pueblo de Tabaa el tequio de las mujeres solas, madres solteras o viudas, quienes cortan el café y trabajan en la cocina comunitaria. Así como la tradición de que las mujeres heredan a sus hijas la tierra, y los padres varones a los hijos. En otras comunidades las mujeres no participan en las asambleas y ellas quedan al margen de las decisiones que afectan su vida cotidiana.

En ese sentido, la investigadora de Códice concluye que aun cuando la relación de las mujeres y el medio ambiente es amplia, su participación en la toma de decisiones es limitada.

CAFÉ

Por otro lado, Rosa Domínguez y Janett de los Santos presentaron los resultados de la investigación sobre las mujeres cafeticultoras del Rincón Ixtlán en el fortalecimiento de la organización Yeni Nava, que significa Luz Viva, en zapoteco de la sierra norte.

Las investigadoras de Iniciativas para el Desarrollo de la Mujer Oaxaqueña y del Grupo Mesófilo señalaron que en San Juan Yagila, Santiago Teotlaxco, Santa Cruz Yagavila y San Juan Tepanzacoalco las mujeres cafetaleras participan de manera importante en la organización desde 1992, sin que esto haya significado una disminución de las tradicionales responsabilidades de la reproducción familiar.

Janett de los Santos y Rosa Domínguez explicaron la situación de salud de estas mujeres que trabajan en situaciones de riesgo por las condiciones climáticas de la zona, las dobles jornadas de trabajo, así como los problemas que enfrenta por la baja drástica en la caída de los precios del café a nivel mundial.

Ambas destacaron que frente a los deterioros ambientales por el abandono y la creciente migración, las mujeres juegan un papel relevante en el proceso productivo, organizativo del café orgánico, y el sostenimiento de la cafeticultura orgánica, que por su compromiso y perseverancia logran sostenerlo y mejorarlo, aún cuando sólo representa la tercera parte de quienes integran la organización.

AGUA

La especialista Tzinnia Carranza, del Programa de Aprovechamiento Integral de Recursos Naturales (PAIR) y de la Red de Género y Medio Ambiente, presentó la Agenda Azul y Medio Ambiente, resultado de 14 talleres realizados en distintas entidades del país.

Entre los resultados destaca la propuesta para el acceso de las mujeres al agua, considerada como una prioridad, en comunidades de mujeres y niñas siguen acarreando el líquido, así como su incorporación a los comités de agua potable y la reformulación del concepto «cobertura de agua potable» que incluya explícitamente la calidad, cantidad, regularidad y accesibilidad.

Así como asimilar prácticas comunitarias y de poblaciones indígenas para el reciclaje, ahorro, captación, almacenamiento y conservación del agua.

GÉNERO Y MEDIO AMBIENTE

Por otra parte, Ana María Hernández Cárdenas, de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, así como del Colectivo Huaxyacac destacó el hecho de que por primera vez en Oaxaca se puso sobre la mesa el tema del medio ambiente desde la perspectiva de género.

De esta forma, apuntó la activista, se reconoce el trabajo de las mujeres, quienes contribuyen a preservar y generar las condiciones sustentables del medio ambiente, desde una visión distinta, donde hombres y mujeres viven las problemáticas de manera distinta y, por tanto, tendrían que tener respuestas diferenciadas de las instituciones y del Estado.

07/SJ/GG/CV

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