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Familia nuclear no garantiza que mujeres vivan sin violencia

El modelo de la «familia nuclear» no siempre es una garantía para que las mujeres vivan libres de violencia y existe una mayor dificultad de cambiar los roles tradicionales asignados a ellas, limitando muchas veces su desarrollo.

Así lo explicaron organizaciones sociales quienes expusieron que en la llamada celebración del «Día de las Familias» que se realizó el primer domingo de marzo, se desconoce la diversidad de familias que existen, una realidad que no se puede omitir y que demanda de leyes y políticas que respondan a ellas.

En las oficinas de Diversidades AC, Rosalía Lico y Yamile Gómez, de la Red Nacional Católica de Jóvenes por el Derecho a Decidir y del Colectivo Mujeres Lilas, respectivamente; Eduardo Liendro, de Diversidades AC; así como el representante de la Red Democracia y Sexualidad (DEMYSEX), José Manuel Martínez Elorza, plantearon las dificultades de discriminación que se vive en Oaxaca como resultado de no pertenecer a una familia tradicional.

Martínez Elorza subrayó que en Oaxaca 25.3 por ciento de las familias están jefaturadas por mujeres, lo que representa unos 220 mil hogares, porcentaje superior a los datos nacionales que señalan que en el país son 23.4 por ciento de hogares encabezados por mujeres.

Mujeres que son madres solteras, otras que están solas como resultado de la migración, viudas por conflictos político-sociales o de tenencia de la tierra y ahora como resultado del narcotráfico, además de mujeres que han decidido separarse de sus parejas.

Liendro y Martínez coincidieron en que la familia nuclear no garantiza las mejores condiciones para las mujeres ni las exime de la violencia. En estas familias se patentiza los roles tradicionales y son ellas quienes siguen desarrollando las tareas domésticas, incluso muchas veces «la pareja se convierte en un hijo más que limita el desarrollo de las mujeres».

No es una cuestión de bueno o malo, añadió Liendro, sin embargo, existen estudios que demuestran cómo en las familias nucleares o tradicionales formadas por una pareja heterosexual con o sin hijos, existen más inequidades, más discriminación, abuso sexual y también silencio. Sin embargo, aclaró esto no quiere decir que en las otras familias no se dé.

El representante de DESYMEX señaló que uno de los problemas más comunes en las familias nucleares es la percepción del ejercicio de la monogamia, la fidelidad entre la pareja, lo que no es cierto ya que está comprobado que hay infidelidad.

En estas familias se refuerza la presión social para que las hijas e hijos conformen nuevas familias nucleares, lo que lleva a las y los jóvenes a ocultar sus preferencias sexuales y el desarrollo de bisexualidad posteriormente.

Así, creer en la fidelidad como resultado de la monogamia como la bisexualidad, ambos desarrollados sin protección, son factores que determinan de manera directa el incremento de casos de VIH/SIDA en mujeres que viven con sus parejas. Datos del Consejo Estatal de Lucha contra el SIDA, hasta el 31 de diciembre de 2008, señalan que había 461 afectadas por SIDA, la gran mayoría de ellas eran «amas de casa».

LAS FAMILIAS MEXICANAS

En ese sentido, las organizaciones sociales hicieron hincapié en la importancia de reconocer la diversidad de familias: las familias monoparentales están conformadas por el padre o la madre que vive con sus hijos e hijas. En México 9 de cada 100 hogares son familias monoparentales. Las familias compuestas están conformadas por parejas donde uno o los dos integrantes estuvieron unidos anteriormente, a veces con hijos de su primera relación e hijos de la segunda.

Las familias co-residentes son aquellas conformadas por personas que deciden vivir en familia sin parentesco. Las familias nucleares con o sin hijos, estas familias están conformadas por el padre y la madre que viven con hijos y/o hijas, o aquellas que deciden hacer vida familiar sin descendencia consanguínea ni adopción. Las familias extensas están conformadas por una pareja con o sin hijos y por integrantes consanguíneos, hay casos donde conviven 3 ó 4 generaciones.

Según datos del Censo de Población y Vivienda del 2000 y el Segundo Conteo de Población y Vivienda de 2005 del INEGI, la tasa de crecimiento anual de los hogares a nivel nacional es de 1.9, en los hogares familiares en donde se incluyen las familias nucleares y extensas es de 1.7, mientras que los hogares no familiares en los que se incluyen las familias co-residentes y unipersonales es superior, con una tasa de 5.0 lo que nos indica un mayor crecimiento de los hogares no familiares.

La tasa de crecimiento de hogares con jefatura de mujeres es de 3.9 superior a la tasa de 1.4 de hogares con jefatura de hombres.

En nuestro país de 24 803 625 hogares el 76.9 por ciento tienen jefatura masculina y el 23.1 por ciento jefatura de mujeres. En Oaxaca de 822 288 hogares el 75.5 por ciento tienen jefatura masculina y el 24.5 por ciento jefatura de mujeres, mayor a los datos nacionales. El 65 por ciento son familias nucleares y el 26 por ciento son de familias extensas. El 7.9 por ciento son familias unipersonales y el 0.3 por ciento son familias co-residentes.

CONAPO informa que en el año 2009 en México existen 27 513 560 de hogares en la República Mexicana de los cuales el 76.49 por ciento tienen jefatura masculina y el 23.49 por ciento tienen jefatura de mujeres lo que representa 6.4 millones de hogares. En el estado de Oaxaca de 872 393 hogares, el 74.7 por ciento tienen jefatura masculina y el 25.3 por ciento tienen jefatura de mujeres lo que representa más de 220 mil hogares en nuestro estado, este porcentaje es superior a los datos a nivel nacional.

A nivel nacional para el año 2009 el 67.9 por ciento son familias nucleares, el 21.6 por ciento son familias extensas, el 1.2 por ciento son familias compuestas, el 0.7 por ciento son familias co-residentes y el 8.6 por ciento familias unipersonales. En el estado de Oaxaca el 65.7 por ciento son familias nucleares, el 24.2 por ciento son familias extensas, el 1.2 por ciento familias compuestas, el 0.4 por ciento son familias co-residentes y el 8.6 por ciento son familias unipersonales.

Es importante mencionar que no existen datos sobre familias conformadas por 2 mujeres o 2 hombres por lo que exigimos el diseño e instrumentación de políticas y programas públicos dirigidos a estas familias.

Los estereotipos de género, la negación al reconocimiento de otras orientaciones sexuales y manifestaciones comportamentales de la sexualidad, la pobreza y la desigualdad social crean expectativas muchas veces injustas e inalcanzables que propician inequidades, frustración, falta de libertad, en particular de las mujeres, de las minorías sexuales, la juventud y la infancia, y violencia familiar y social.

Reconocemos la necesidad de encontrar puntos de confluencia entre todos los actores sociales, económicos y políticos del país que nos permitan sumar esfuerzos y recursos que favorezcan la protección social de las familias y de todos sus integrantes.

09/SJE/GG

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