En Morelos, los feminicidios ocurridos de 2000 a 2007 no se definen como tales en la información de los periódicos locales, ni como agresiones de odio hacia las mujeres por ser mujeres. Se les da una explicación ajena: se dice que fue un asalto, venganza o un hecho «pasional».
No existe lo que la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), aprobada el año pasado y vigente para todo el país, define como feminicidio, señala el más reciente Informe de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos (CIDHM), creada en 2003.
Sergio Estrada Cajigal, gobernador panista del estado de 2000 a 2006, declaró en múltiples ocasiones que las cifras se sobreestimaban, que Morelos estaba lejos de ser Ciudad Juárez. Y el hoy gobernador, también panista, Marco Adame, no opina diferente.
Otros funcionarios locales han dicho, como sus pares en Juárez, que no se debe exponer el tema en los medios, porque lesiona la llegada del turismo y la derrama económica.
Pero la evidencia del feminicidio está ahí, en los cadáveres de las niñas y mujeres que, casi siempre, son abandonados, sobre todo en Cuernavaca, Jiutepec, Yautepec, Cuautla y Xochitepec,municipios donde ocurre el 69.5 por ciento de los casos registrados por la prensa morelense, dice el informe del CIDHM.
«Enero de 2007: 1. Jovencita de 18 años,mutilada, decapitada, quemada; 2. Pequeña de 2 años, muerte por golpes; 3. Niña de entre 6 y 7 años, golpes, quemada, aventada a una cisterna; 4. Mujer de entre 30 y 40 años, golpes, fracturas; 5. Jovencita 17 años, asfixia por estrangulamiento…».
Desde que el PAN gobierna el país, en 2000, y hasta 2005, de acuerdo con el seguimiento hemerográfico de la CIDHM, se registraron 122 casos de asesinatos, en donde un 15.5 por ciento de mujeres quedaron en calidad de desconocidas.
En 2006, la CIDHM contabilizó 19 mujeres asesinadas, halladas en diverso lugares del estado. Para noviembre de 2007 contabilizaron 29. Y en 2008, que aún no termina, las víctimas de violencia feminicida suman 26, dice la OSC.
VIOLENCIA FEMINICIDA
Casi nadie sabe que una mujer fue asesinada, hasta que el olor del cuerpo es insoportable y alguien se atreve a hacer algo. En el 9 por ciento de los casos, se encontraron en estado de descomposición; en 4.9 por ciento se pretendió ocultar el feminicidio enterrando el cuerpo.
En el 4 por ciento de los casos, fueron halladas con las manos atadas y, en el mismo porcentaje, con la cabeza destrozada. En 3.2 por ciento de los feminicidios reportados por los periódicos y reportados por el CIDHM, el descubrimiento del cadáver ocurrió años después, ya que sólo había restos óseos. Un 13 por ciento de los cuerpos fue encontrado, además, desnudo o semidesnudo.
El feminicidio es el conjunto de hechos violentos misóginos contra las niñas y mujeres que implican la violación de sus derechos humanos, atentan contra su seguridad y ponen en riesgo su vida, dice el Informe Violencia feminicida en 10 entidades de la República Mexicana, publicado en 2006 y dirigido por la doctora Marcela Lagarde y de los Ríos.
El feminicidio culmina en la muerte violenta de niñas y mujeres, porque las autoridades omisas, negligentes, o coludidas con agresores ejercen sobre ellas violencia institucional, al obstaculizar su acceso a la justicia, contribuyendo a la impunidad, dice el mismo documento. «El feminicidio es un crimen de Estado». Y de esta forma lo asume también la LGAMVLV.
¿QUIÉNES SON ELLAS?
Aunque hay niñas, la mayoría eran amas de casa (29.28 por ciento) y estudiantes (13.42 por ciento), originarias del municipio donde ocurrió el hecho (37.7 por ciento), continúa la CIDHM.
Casi todas estaban en edad fértil: entre los 21 y 30 años (30.04 por ciento); entre 11 y 20 años (20.74 por ciento); y entre 31 y 40 años (18.3 por ciento). El 11.4 por ciento eran madres de menores de edad y un 3.2 tenían un embarazo de entre 1 y 7 meses.
LOS FEMINICIDAS
Los asesinos, según la CIDHM, son hombres próximos a las víctimas: el esposo (21.96 por ciento), o se sospecha de éste (7.32 por ciento); conocido o amigo de la mujer (12.2 por ciento). También aparecen ex esposos, ex novios, padres, yernos, vecinos, cuñados y taxistas.
Los feminicidas tienen entre 11 y 20 años de edad (8.19 por ciento de los casos) y de entre 21 y 30 años (7.37 por ciento). Pero la mayoría no responde al estereotipo del «delincuente», pues sólo el 4.09 por ciento eran de una banda y 2.4 policías.
Utilizaron un arma de fuego (37.82 por ciento), un cuchillo (29.28 por ciento) o su manos (7.32 por ciento), lo que coincide con la causa de la muerte de las mujeres: 37.82 por ciento por balazo,21.96 por ciento apuñalada, por golpes (21.96 por ciento), por estrangulamiento (12.2 por ciento). Los periódicos reportan abuso de la fuerza física y psicológica contra las mujeres, incluyendo ataques previos y constantes.
¿Y LA LEY?
En la administración pasada, ante la demanda de OSC, se creó la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Cometidos contra las Mujeres, dependiente de la Procuraduría estatal, sin resultados reales, dijo el Partido Verde en noviembre de 2007.
La LAMVLV de Morelos fue aprobada a finales de ese año, un año después de la iniciativa. Pero, a diferencia de la Ley General, la de Morelos no incluye el término feminicidio en el Código Penal, pues la legislatura, de mayoría panista, argumentó que sería reiterativo, ya que existe la tipificación de homicidio doloso. También eliminó el término «impunidad» en el capítulo sobre feminicidio.
Estas decisiones, dicen las OSC, como Cidhal y la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México, no fueron un consenso.
El año pasado las OSC impulsaron en el Senado que se solicitara Alerta de género en Morelos, que los casos fueran atraídos por la PGR y recursos para investigar a fondo la violencia de género. Mientras eso sucede, la realidad continúa…
08/GG
