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Feminicidio, expresión máxima de discriminación y racismo

Por la Redacción

Los asesinatos de más de 250 mujeres en lo que va de 2004 en Guatemala ilustran que «se vive una misoginia terrible como expresión máxima de la discriminación de género y del racismo que existe en el país», denunciaron organizaciones feministas del país centroamericano.

Sandra Morán, dirigente del Sector de Mujeres que aglutina a unas 40 organizaciones feministas, afirmó lo anterior y reveló que en los últimos 10 días, movimientos defensores de la igualdad de género han sido objeto de allanamientos e intimidaciones.

«Consideramos que es una persecución al trabajo que estamos haciendo; en el caso de nosotras lo relacionamos con las denuncias de crímenes de mujeres y la violencia en general, mediante actividades, públicas y directas, para presionar al Estado», opinó.

Al decir de la activista, los asesinatos «son la expresión máxima de la discriminación de género. El feminicidio es matar a la mujer por ser mujer, es un odio dirigido», pero un elemento preocupante es la condición social, mental y psicológica de los autores.

A juicio de Moran, los asesinos podrían ser personas «nacidas en los 80, época más violenta en Guatemala donde aparecían cadáveres en las calles, la imagen que se tiene es de torturas y asesinatos».

Ello quizás explique la forma cruel en que aparecen muertas las mujeres: torturadas, mutiladas y violadas sexualmente, «matan a mujeres jóvenes, pobres o de clase media baja, de sectores populares», subrayó.

«Se habla de una forma de exacerbación de la limpieza social, aunque el ministro de Gobernación, Arturo Soto, negó esa posibilidad, pero lo que estamos viendo es que hay una misoginia terrible, y que es como esa expresión máxima de la discriminación y del racismo que existe», remarcó.

Manifestó la preocupación del movimiento feminista ante la pretensión del gobierno de combatir la violencia mediante la organización de la población para que se defienda de los malhechores, dada la experiencia de una nación que hace menos de ocho años salió de un cruento conflicto armado.

«Nos preocupa esa medida, porque en Guatemala las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC, paramilitares), ya se desarmaron y sabemos que se convirtieron en personas que violaron los derechos humanos. Eso es muy reciente y Guatemala es una sociedad muy violenta, es un riesgo», alertó.

2004/BJ/GV/SM

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