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Fístula obstétrica, lesión ocasionada por un parto mal practicado

Por Redaccion

Debido a la falta de atención médica y de políticas públicas de prevención y tratamiento, decenas de miles de niñas y mujeres kenianas, sufren fístula obstétrica, una lesión ocasionada por un parto mal practicado, que les causa la pérdida constante de orina o de materia fecal, denunció Human Rights Watch (HRW).

En su informe titulado «No estoy muerta pero no vivo: Obstáculos a la prevención y tratamiento de la fístula en Kenia», la organización internacional, describe las trágicas condiciones que viven las víctimas de fístula en Kenia y la amplia brecha entre las políticas del Gobierno para hacer frente a la salud reproductiva y la realidad diaria de las mujeres.

Evidencia las fallas en el sistema de salud en cinco áreas: educación e información sobre salud reproductiva y materna, educación sexual en las escuelas, acceso a cuidado obstétrico de emergencia, cuidado prenatal accesible, tratamiento para las fístulas y un sistema de salud responsable.

También documenta el destierro y la violencia que sufren muchas de las mujeres que tienen fístula.

«Muchas mujeres y niñas con fístulas viven en la vergüenza, miseria, violencia y pobreza», para prevenir esta lesión y mejorar la salud de las kenianas, el gobierno de ese país, necesita proveer atención médica de calidad para su población, menciona Agnes Odhiambo, investigadora de los derechos de la mujer en África para HRW.

La fístula obstétrica puede aparecer cuando las mujeres quedan embarazadas muy jóvenes, antes de que sus cuerpos estén desarrollados para completar un embarazo de forma saludable.

El resultado puede ser un parto obstruido, y si la atención médica de emergencia (con frecuencia cesáreas) no están disponibles, el parto prolongado causa el desagarre de tejidos vaginales, resultando en un agujero o fístula que ocasiona incontinencia.

La falta de información acerca de la sexualidad y planificación familiar deriva en embarazos adolescentes, señala HRW, con base en entrevistas realizadas a niñas y jóvenes africanas.

Kwamboka W., quedó embarazada a los 13 años de edad, cuando aún cursaba la educación primaria, la adolescente dijo a HRW que «no sabía nada sobre planificación familiar ni preservativos. Simplemente lo hice una vez y quedé embarazada. Sigo sin tener ni idea sobre los anticonceptivos».

Otros testimonios, indican que tuvieron relaciones sexuales sin protección, porque consideraban que por ser su primera vez o por tener ciclos menstruales irregulares, no quedarían embarazadas.

El informe, basado en una investigación de campo realizada por HRW en 2009, menciona que de 55 mujeres y niñas entrevistadas, 53 tenían fístula obstétrica, 12 de ellas, tenían entre 14 y 18 años de edad.

Quienes desarrollan una fístula, sufren un malestar físico y emocional como Kwamboka W «pensé que debía suicidarme. No puedes caminar con la gente. Se ríen de ti. No puedes viajar; estás en dolor constantemente».

Los obstáculos para prevenir la fístula y para dar tratamiento a las mujeres y adolescentes que lo padecen comienzan por el sector educativo y prevalecen en el sector salud.

A pesar de que el gobierno de Kenia introdujo en las escuelas el tema de educación sexual, las y los maestros no la imparten porque no está en el programa de estudios.

Mientras que en el sector salud, las barreras limitantes del bienestar de estas mujeres y niñas, son de tipo económico, ya que ellas deben pagar por la atención médica si quieren recibir cuidados vinculados a la maternidad y también por las cirugías de fístula.

«Muchas de las mujeres que desarrollan fístula obstétrica son pobres, por lo que les resulta «difícil» reunir el dinero necesario para operarse. «Supuestamente», los hospitales públicos deben exonerar del pago a pacientes en situación de pobreza, pero esto no siempre ocurre, denuncia HRW.

A las mujeres y niñas pobres, rurales y analfabetas no les está llegando la información y los servicios «eso demuestra que las políticas del Gobierno que prometen atención médica igualitaria no están siendo puestas en práctica», denuncia la investigadora Odhiambo, en el informe.

Dijo que para transformar esta realidad, las autoridades kenianas deben llevar a cabo una estrategia nacional de prevención de fístula y proveer los servicios necesarios a las mujeres en esta condición.

Las acciones deben integrar una campaña de concienciación pública sobre las causas de la fístula, la necesidad de que los partos se lleven a cabo en un lugar preparado y la disponibilidad de tratamiento.

El Gobierno también debe mejorar urgentemente el acceso a la cirugía de fístula obstétrica mediante el subsidio de reparaciones de rutina en hospitales y proveer cirugía gratuita a pacientes indigentes, refiere HRW. Además, debe ampliar las exenciones de las tarifas en los nosocomios para el cuidado de maternidad, no sólo los partos en consultorios y centros de salud.

También debe mejorar la calidad y el acceso a los cuidados obstétricos de emergencia. Y priorizar la educación sexual en los programas de estudios y asegurarse de que ésta se imparta por el personal docente.

10/GCJ/LR/LGL

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