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Fundamentalismos de Calderón, homicidas seriales y el tiempo inmediato

Por Soledad Jarquín Edgar*

La detención de multihomicidas y la frontera norte de México acapararon esta semana los reflectores de los medios de comunicación y así, sin más, los candidatos presidenciales pasaron a un segundo término.

Esto es preocupante, porque muestra el muy bajo interés de la gran mayoría de habitantes este país por el proceso electoral. Por eso, cuando los especialistas hablan del reto de convencer, de romper la barrera de la incredulidad entre aspirantes y ciudadanía con respecto a la futura elección, sin duda lo dicen en serio.

México es un país diverso y esa diversidad no está reflejada en los hechos cotidianos. Las propuestas para alcanzar a la ciudadanía deben, por tanto, estar sujetas a la realidad, donde la pobreza y la violencia siguen marcando el paso de millones de hogares, de millones en las calles y en el trabajo, en los medios de comunicación y hasta en el lenguaje cotidiano.

Por eso las noticias de esta semana desviaron con toda rapidez la atención de la población. Bastaron dos días para que todo el país estuviera al tanto de la psicopatía de Juana Barraza, una ciudadana con una historia de violencia detrás de su disfraz de luchadora. Luego, vino el caso de Raúl Osiel Marroquí, otro enfermo social que asesinando homosexuales creía salvar al mundo.

Ambos son hechos injustificables que hablan de lo que somos como sociedad, de lo que sucede cuando la violencia traspasa las cuatro paredes del hogar; un asunto al que esta más que visto que hay que ponerle algo más que discursos. Y eso me remite a las declaraciones que por televisión hizo el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, quien sigue negando a las mujeres los derechos del cuerpo basándose en los fundamentalismos que tanto han dañado a la humanidad.

Calderón, dice no al aborto, no a la píldora anticonceptiva de emergencia, no al matrimonio entre homosexuales y no a la muerte asistida. Lo cierto es que esta defensa a ultranza de la vida desde la concepción representaría un grave retroceso en las conquistas obtenidas por las mujeres, en especial las feministas, como se ha señalado.

Fundamentalismos que generan discriminación hacia todo lo que sea distinto a ser hombre, varón, sexo masculino, y que en el caso de Juana Barraza, a quien nadie justifica por sus crímenes, se traducen en una primera acción de violencia cuando es regalada. ¿Por qué habrían regalado a la niña o joven Juana? Porque es mujer. ¿Por qué un señor habría abusado de Juana? Porque es mujer.

Así, la discriminación hacia las mujeres se traduce en violencia, y la violencia sólo genera más injustificable violencia. Los resultados los conocemos ahora, y a detalle, a todo lo largo y ancho del país.

El caso de Raúl Osiel Marroquí es otro hecho de detestable discriminación. El ex soldado señala que los mataba porque eran homosexuales, es decir, no eran hombres como él y, por tanto, tampoco tenían derecho a la vida.

Son esos fundamentalismos los que niegan los derechos a las mujeres y a los homosexuales, es decir, a todas las personas que son diferentes a «ser hombre». En esto es en lo que todavía la derecha sigue basando sus estrategias y Calderón, el candidato panista, no ha sido la excepción: seguirá con el mismo discurso hasta el fin de la campaña.

Ahora recuerdo a todos el caso de Jorge Serrano Limón, dirigente de Provida, quien tiene una cuenta pendiente con este país al desviar recursos para la compra, entre otras cosas, de tangas. La doble moral de la derecha…

No me quiero ir sin recordar hoy a las Madres de Plaza de Mayo, una asociación argentina que esta semana puso fin a 25 años de marchas de resistencia sin interrupción para demandar la investigación del destino de sus hijas e hijos, desaparecidos por la dictadura militar entre 1976 y 1983.

El dolor de las madres queda ahí como muestra de lo que no debe repetirse en la historia de Latinoamérica y del mundo; como muestra, también, de lo que este artículo pretendió mostrar: la violencia contra los diferentes de opinión, sexo, etnia o religión.

Para sus comentarios: [email protected]

*Periodista mexicana

06/SJ/YT

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