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Gabriela Brimmer

Por Erika Cervantes Pérez*

Cuando dos mujeres se solidarizan y ponen en concordancia un proyecto común se logra lo inimaginable.

Florencia Morales Sánchez contribuyó a que el pensamiento de Gabriela Brimmer, preso en su cuerpo por la parálisis cerebral, lograra volar lejos y llevar a la sociedad la defensa de los derechos de las personas con capacidades diferentes.

Gabriela Brimmer nace el 12 de septiembre de 1947, hija de Miguel y de Sari Brimmer. Desde el primer momento de su vida desafió a la sociedad y su destino al tener parálisis cerebral y ser confinada a una silla de ruedas en la que no se resignó a vivir.

De niña, Gabriela se arrastraba hasta sacarse ampollas cuando no estaba alguien cerca para ayudarle. A pesar de su enfermedad, su espíritu férreo la llevo a vencer los límites que la sociedad le imponía.

Su madre y su padre alentaban el tesón de Gabriela, quien a los cinco años de edad conoció a Florencia Morales Sánchez, su nana, que la acompañó y secundó en la concreción de sus sueños, quien le prestó sus manos y pies para llevarla y traerla por el mundo para que pudiera ir a la universidad, y escribir en un tablero con el único miembro de su cuerpo que obedecía sus órdenes: su pie izquierdo.

Así, Gabriela logró comunicarle al mundo su sentir en poesía, ensayo y cuento, en los que hablaba de la cárcel que le representaba su cuerpo, de las mujeres que en soledad adolecen de falta de oportunidades y de cómo la sociedad margina la diferencia.

Gabriela transforma su vida y funda en 1989 la Asociación para los Derechos de Personas con Alteraciones Motoras (Adepam), a través de la cual da servicios de trabajo social, médico, psicológico, fisioterapia, terapia ocupacional, alfabetización, educación primaria y secundaria, preparatoria abierta, intermediación para el trabajo, y actividades recreativas y culturales.

El 24 de abril de 1995 Gabriela recibe la «Medalla al Mérito Ciudadano», otorgada por la Asamblea de Representantes del DF. En 1996 forma parte con el cargo de vicepresidenta de la mesa directiva de la Confederación Mexicana de Limitados Físicos y/o Representantes de Deficientes Mentales.

En junio de 1997 Gabriela se convierte en representante del Comité de Mujeres de la región latinoamericana.

A lo largo de su vida Gabriela estuvo conciente de las cosas que podía hacer y decía: «Sé que no puedo correr, pero con mi pensamiento puedo volar en fracción de segundos al más distante de los lugares; se me dificulta hablar, pero mis libros, mis cartas y mis poesías hablan mucho por mí; mis manos tal vez no puedan hacer una caricia y sin embargo he sabido amar como mujer, como madre y como amiga».

Su vida pudo pasar desapercibida, pero su tesón y valentía fueron rescatados del anonimato por Elena Poniatowska en el libro «Gaby Brimmer», y fue llevado al cine por Luis Mandoki, lo que le dio notoriedad y fama a Gabriela. Su vida cambió al ser invitada a dar una conferencia y compartir su experiencia de vida.

Gabriela muere el 3 de enero de 2000. En su honor se crea el Premio Nacional de Rehabilitación Física o Mental, que lleva el nombre de Gabriela Brimmer. Nos hereda su valor para enfrentar y vencer su enfermedad acompañada de su amiga y nana Florencia, y así demostrarle al mundo que no existe ningún obstáculo cuando dos mujeres trabajan juntas por lograr lo imposible.

* Periodista y fotógrafa mexicana, Integrante de la Red Nacional de Periodistas.

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