La «epidemia» de cesáreas, calificada así por la Organización Mundial de la Salud (OMS), persiste en México.
En nuestro país el promedio de nacimientos quirúrgicos es «dos veces mayor al recomendado por la OMS», asienta la instancia de Naciones Unidas en el informe Salud México 2002, avalado esta semana por el secretario de Salud Julio Frenk Mora y el presidente Vicente Fox.
El riesgo de muerte para la mujer, incluso en una cesárea programada, es 2.85 veces más alto que en un parto vaginal normal, de acuerdo con las estimaciones del organismo internacional, por lo que recomienda que solamente 15 de 100 nacimientos se lleven al cabo por este procedimiento.
En promedio, sólo dos estados presentan porcentajes inferiores a 30 por ciento, indica el informe oficial. Estos son Zacatecas y San Luis Potosí, con cerca de 25 por ciento de cesáreas.
Las cifras oficiales muestran que solamente el Programa IMSS-Oportunidades –otrora IMSS-Solidaridad– mantiene la tasa de cesáreas en el límite de 15 por ciento desde 1991.
En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y los hospitales privados más de 60 nacimientos de cada 100 se atienden de forma quirúrgica.
El gobierno mexicano reconoce que la cifra es muy alta. «Es semejante al de Brasil y Chile, y muy por arriba de Canadá o Cuba».
Como razones para esta «epidemia» menciona los incentivos para los médicos económicos al efectuar una cirugía, la inducción a las mujeres para que prefieran la cesárea con el fin de evitar el dolor, así como la disminución de la habilidad de los obstetras para atender un parto vaginal.
2003/MR/RGR
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