La analista indígena Alicia Velásquez Nimatuj sostiene que la sombra de la violencia que acompaña la vida de las mujeres es histórica, así como la falta de justicia y castigo a los agresores, quienes no son sólo los hombres sino el Estado, algunos elementos culturales y religiosos, y la situación económica e ideológica.
«No basta sólo romper el silencio en lo relacionado con la violencia en contra de las mujeres, el desafío es modificar las estructuras sobre las cuales emergen sistemas, actitudes, leyes y tradiciones que vulneran la vida de las mujeres «, aseguró Velásquez Nimatuj.
De acuerdo con la Red de la No Violencia contra las Mujeres, durante el 2003 se registraron más de 25 mil denuncias de violencia intrafamiliar; mientras que el Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala en un estudio que realizó en cinco medios de comunicación escrita, determinó que en dos años se perpetraron 379 feminicidios.
La lideresa indígena señaló que la violencia contra las mujeres tiene diferentes rostros, procedencias y desenlaces, los cuales son complejos, por lo que el análisis y la búsqueda de soluciones deben ser estructurales, comenzando desde la transformación de las instituciones del Estado, hasta la creación de conciencia entre la población.
Por su parte, autoridades la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) informaron que de enero a la fecha han sido asesinadas 35 mujeres, la mayoría de casos continúan impunes; aunque indicaron que varios agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) podrían estar vinculados con al menos diez feminicidios.
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