En punto de las 9:30 de la mañana, agrupadas en 17 organizaciones, las mujeres guatemaltecas marcharon hoy por las principales calles del centro histórico de Guatemala para denunciar la violencia institucional, física, sexualyeconómica que viven.
Vestidas con camisetas moradas con leyendas como «Alto a la violencia contra las mujeres» o «Por los derechos humanos de las mujeres», y otras más con camisetas blancas con la leyenda «Soy feminista y soy feliz», sindicalistas, amas de casa, indígenas, estudiantes y activistas del movimiento de mujeres guatemalteco recorrieron el centro histórico para llegar al Palacio Nacional de Cultura, donde, minutos después de su arribo, daría inicio el acto protocolario del lanzamiento de la campaña de Naciones Unidas, «Latinoamérica, únete para poner fin a la violencia contra las mujeres».
Pese a que el sol caía a plomo, no impidió que las mujeres caminaran por las calles estrechas del primer cuadro, las cuales se asemejan a las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, repletas de vendedores ambulantes que lo mismo venden zapatos que ropa, comida o cualquier producto.
Acompañadas por tres camiones alegóricos que captaban la mirada de los transeúntes que, en un día normal, acuden a realizar sus actividades cotidianas, las mujeres marcharon en silencio, sin ninguna consigna, portando pancartas realizadas por ellas mismas, y sin manifestaciones de lo que ellas saben que es violencia: gritos, golpes, insultos, silencios. Sólo había una grabación que exigía no más violencia contra las mujeres.
La marcha avanzó lentamente. Algunas volanteaban, entre los automovilistas que permanecían parados para dar paso a la marcha, folletos, trípticos y otros materiales que explican la violencia contra las mujeres.
Otras más solamente avanzaban al paso de la manifestación, la cual fue acompañada a la mitad del recorrido, durante unas calles, por un grupo de artistas que en zancos, con vestimentas coloridas, maquillados y a ritmo de batucada, dieron colorido y alegría a la silenciosa marcha.
Para Rosario Escobedo, del sector de mujeres «Coordinadora 25 de noviembre», y una de las asistentes a la marcha, este día es una oportunidad para visibilizar que el Estado no ha dado cumplimiento a los tratados y convenios internacionales que ha signado para poner fin a la violencia de género.
Dijo que pese a contar con una ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra las mujeres, la cual entró en vigor en 2008, aún falta mucho por hacer, pues el presupuesto destinado para lograr su cumplimiento es insuficiente.
Denunció, además, que las instituciones del Estado encargadas de esa labor carecen de presupuesto, pues no es una política estatal el fortalecimiento de las instituciones, y dijo que sólo realizan su tarea bajo la presión del movimiento de mujeres.
Ixmucane Solórzano, de la organización de mujeres Tierra viva, comentó que actualmente Guatemala tiene varias leyes, como la Ley de violencia intrafamiliar, la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra las mujeres y la Ley contra la violencia sexual y trata de personas; sin embargo, afirmó que existen dificultades para aplicarlas.
Muchos de los encargados de impartir la justicia desconocen estas normativas las aplican de acuerdo a sus convicciones o creencias, lo que implica otra forma de violencia contra las mujeres, sentenció.
Es por ello que las mujeres salieron hoy a las calles: para exigir que se reconozca esta violencia, y que se sepa que el hecho de no puedan decidir sobre sus cuerpos; el que no tengan acceso a una educación sexual e información veraz, científica y laica; la falta de acceso a métodos anticonceptivos y de emergencia, y el nulo reconocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos constituyen una forma de violencia institucional.
Por ello, al arribar a la plaza principal donde se ubica el Palacio Nacional de Cultura, punto de llegada de la marcha, las organizaciones de mujeres concluyeron que este 25 de noviembre es necesario enfrentar y vencer los miedos para dar paso a la demanda, a la solidaridad y a la exigencia, y decir no a la impunidad.
09/LGL/YT/GTR
