Inicio Hidalgo: LGAMVLV inoperante. Las mujeres siguen desprotegidas

Hidalgo: LGAMVLV inoperante. Las mujeres siguen desprotegidas

Por Tania Meza Escorza/corresponsal

Este 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, las hidalguenses tenemos poco que conmemorar.

Si bien podemos congratularnos de que nuestro Congreso local no ha seguido los decimonónicos pasos de otras entidades en donde se ha penalizado totalmente la interrupción del embarazo, los avances gubernamentales en pro de los derechos humanos de las mujeres son aún muy reducidos en nuestro estado.

Sólo en teoría y no en práctica, tenemos una ley que garantiza los derechos fundamentales de las hidalguenses: La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para Hidalgo, misma que se aprobó en una fecha que hasta ahora ha definido su destino: 28 de diciembre de 2007.

En ese día, en que por tradición nacional nada se debe creer, las y los diputados de la LIX Legislatura local, cumplieron con el requisito de «aterrizar» la Ley, pero con mínimas y desinformadas modificaciones, que en nada cumplieron con las indicaciones de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), respecto del papel de las entidades federativas.

Si comparamos la redacción de la Ley General con la estatal, podemos apreciar que las aparentemente pequeñas modificaciones en la redacción, se hicieron sin el conocimiento requerido en materia de violencia de género.

Las y los diputados consideraron que frases como «el adelanto y el bienestar de las mujeres» propiciarían la desigualdad al posicionar a éstas por delante de los hombres. Evidentemente, se impuso el desconocimiento legislativo por las acciones compensatorias impulsadas por los organismos internacionales y por la propia federación.

Patética, pero gravemente, nuestra ley estatal omite el término «misoginia», además de que basa la violencia sexual en la legalmente inexistente «violencia moral», recorta las características de la violencia psicológica, somete a consideración y análisis la permanencia familiar con el violentador, no impide que laboren en los refugios personas con antecedentes de violencia y, particularmente, considera que la violencia de género no puede llevar a la muerte a las mujeres.

Independientemente de estas graves y aparentemente mínimas modificaciones, la Ley Estatal presenta severos faltantes con respecto de lo que le indica la General, de entre los cuales destacan los siguientes puntos:

– Instrumentar y articular sus políticas públicas en concordancia con la política nacional integral desde la perspectiva de género para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres;

– Impulsar programas reeducativos integrales de los agresores;

– Promover investigaciones sobre las causas y las consecuencias de la violencia contra las mujeres;

– Recibir de las organizaciones privadas, las propuestas y recomendaciones sobre la prevención, atención y sanción de la violencia contra mujeres, a fin de mejorar los mecanismos para su erradicación;

– Impulsar reformas, en el ámbito de su competencia, para el cumplimiento de los objetivos de la presente ley.

Todo parece indicar que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para Hidalgo llegará a los dos años de aprobación sin un sólo centavo de presupuesto autorizado para su implementación y aplicación, aun cuando requiere de recursos económicos para establecer un centro de documentación, armonizar las leyes locales, crear mesas especiales de atención e incrementar el número de refugios a mujeres violentadas, entre otras muchas cosas.

Con lo anterior, las autoridades estatales prueban que para ellas los derechos humanos de las mujeres no son prioridad y deciden no comprometerse con las hidalguenses.

Pero aun sin el apoyo gubernamental, la sociedad civil continúa trabajando para conseguir el reconocimiento generalizado de que la violencia por género es cultural, no natural, y por tanto puede ser erradicada.

Para lograrlo, la historia de la lucha de las mujeres por una vida en equidad ha demostrado que tan importante es el hecho como el derecho. Por sí mismo, ningún mandato legal eliminará la violencia de género contra las mujeres, pero no puede decirse que quien violente a una mujer será castigado con todo el peso de la ley, si no hay una que verdaderamente funcione.

09/TME/PBC/LGL

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