Ha visto los efectos de la violencia en la salud de las mujeres desde hace más de 10 años en el mundo, pero hoy, lo que horroriza a Claudia García Moreno, responsable de Género en la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la insuficiente acción para combatir uno de los problemas más graves de salud y derechos humanos: la violencia de género.
Entrevistada al término de un polémico panel sobre violencia de género en América Latina y el Caribe, García Moreno dijo a Cimacnoticias que «lo que me sigue horrorizando es que a pesar de que tenemos tanta evidencia de la magnitud del problema todavía hay poco compromiso en términos de recursos para trabajar en esta área.»
Los programas «aunque empiezan a desarrollarse, todavía adolecen de una buena coordinación. Muchas de las acciones que se llevan al cabo aún son dispersas,» lamentó la mexicana que impulsa desde Ginebra el Estudio Multipaís de la OMS sobre salud de la mujer y violencia doméstica contra la mujer.
Desde la organización que representa en la Cumbre Ministerial de Investigación en Salud, se reconoce que «la violencia contra la mujer es uno de los problemas actuales más graves en lo que respecta a la salud y a los derechos humanos…sus graves consecuencias sobre la salud y el bienestar de las mujeres y el de sus hijos nos obliga a luchar por su pronta prevención y eliminación.»
García Moreno destacó la importancia del trabajo coordinado para prevenir y atender la violencia en los países «ningún sector lo va a resolver independientemente…tiene que haber integración de políticas y, por supuesto, «hay necesidad de tener más recursos.»
Detalla otro elemento «que no se pierda la perspectiva de género, porque es una manifestación de la desigualdad de hombres y mujeres.»
INVESTIGACIÓN ESPINOSA
La conclusión del panel arriba mencionado fue la urgencia de tener más investigación sobre violencia de género, como requisito para su prevención y atención. Pero acordaron, asimismo, que debe llevar la mirada de las mujeres.
Lo anterior, luego de que se presentara una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sobre noviazgo y violencia en el estado de Morelos, donde se concluye que los estudiantes varones se sienten más agredidos que las jóvenes participantes en el mismo estudio.
Las especialistas consideraron que la metodología había sido incorrecta. Irma Saucedo, investigadora del Colegio de México reiteró las dificultades de medir la violencia, pero sin dejar de lado que el movimiento de mujeres la ha mirado desde hace 30 años. Rosario Valdez, investigadora del INSP explicó que ella y otras investigadoras habían estado en desacuerdo con los resultados.
Para Claudia García Moreno, que inició su trabajo en Medicina Preventiva de la UNAM, hizo una maestría en el Reino Unido para luego trabajar con la organización Oxfam en Zimbabwe, la condición para medir la violencia de género, empieza con una buena mirada y el diseño de instrumentos sofisticados.
2004/MR/LR
