Al hacer un recuento sobre sus acciones crediticias durante 2006, el Banco Mundial hace énfasis en que la autonomía de la mujer, su empoderamiento, junto con los avances terapéuticos y el impulso a las economías, pueden ser la clave para superar el VIH/Sida.
Por eso, en su reseña del año 2006, el Banco Mundial reporta que destinó 24.5 millones de dólares para un programa cuatrienal, dentro de sus acciones de Género.
Debrework Zewdie, directora del Programa Mundial contra el VIH/Sida, menciona que a 20 años de que diera inicio esa enfermedad, y luego de reconocer errores cometidos para su combate, hoy expertos y el Banco Mundial ponen énfasis en que la autonomía de la mujer puede ser la clave para superar la enfermedad junto con otros avances.
El panorama para las mujeres no es alentador, describe la funcionaria: las mujeres no usan preservativos, el preservativo femenino es diez veces más costoso que el masculino y es difícil de usar y «aún no existe un método de prevención dirigido a las mujeres que sea efectivo y ampliamente aceptado».
África es el continente con mayor número de personas infectadas: alberga al 60 por ciento del total de casos de VIH en el mundo. De los 25.8 millones de personas que en la actualidad viven con VIH en África, al sur del Sahara, casi 60 por ciento son mujeres y niñas. Muchas de ellas contrajeron la enfermedad vía «sus esposos».
A la fecha, y a través de los programas Multinacionales, el Banco ha comprometido mil 120 millones de dólares para combatir el VIH/Sida en 29 países y ha dedicado otros 107 millones a proyectos subregionales, según informa la institución.
«Tenemos programas sólidos», afirma Zewdie, «pero podemos y deberíamos hacer más». Un problema es que los planes estratégicos contra el VIH/Sida no han abordado las razones del aumento de las infecciones entre mujeres y niñas, señala.
Otro de los problemas que enfrentan, dijo la funcionaria, es «la educación a los encargados de formular políticas, debido a que en la mayoría de esas sociedades las trabajadoras sexuales y los consumidores de drogas inyectables no son prioridad para los gobiernos».
La estigmatización y la discriminación impiden la apertura total al problema en todo el mundo y en cada país. Debería haber algo que permita a hombres y mujeres hablar abiertamente de estos temas y derribar esa cultura de «secretismo» que evita que las parejas compartan estos asuntos íntimos, agrega.
«También creo que cometimos un error cuando hablamos de género e igualdad y hablamos de la feminización del VIH/Sida, ahí falta algo: el otro género. Los hombres son parte de la solución».
Los objetivos de su plan de Género fueron: el impulso de un mayor potencial económico para las mujeres en sectores clave como la infraestructura, la agricultura y el financiamiento en los países en desarrollo; incremento a los recursos destinados a las cuestiones de género en el ámbito de operaciones y la asistencia técnica del
Banco, y multiplicar las investigaciones y la recopilación de datos estadísticos sobre el modo en que los obstáculos económicos relacionados con el género afectan la economía de un país.
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