Inicio Impacta en el mundo secuestro de dos activistas italianas en Irak

Impacta en el mundo secuestro de dos activistas italianas en Irak

Por la Redacción

El secuestro de dos activistas italianas a manos de terroristas iraquíes el martes pasado provocó manifestaciones en diversas ciudades italianas, un llamado del Papa Juan Pablo II y hasta un rumor sobre la posibilidad de que todas las organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales abandonen Irak.

Unos días después de que el periodista italiano y colaborador de la Cruz Roja, Enzo Baldoni fuera brutalmente asesinado en Irak, dos mujeres italianas de la ONG «Un puente para Bagdad» fueron secuestradas por extremistas, junto con otras dos personas iraquíes también activistas, publicó el portal Mujereshoy.

Los terroristas, disfrazados de militares, irrumpieron violentamente en la sede de la organización Un Puente para Bagdad, que funciona en esa ciudad desde 1991, y se llevaron a las activistas Simona Pari y Simona Torretta, ambas de 29 años de edad.

Esta es la primera vez que los terroristas iraquíes secuestran a mujeres italianas y llama la atención la inusitada violencia de la acción porque se trata de dos pacifistas italianas opositoras a la política del bloqueo que ha sufrido Irak y que trabajan fuerte en la reconstrucción de escuelas en Bagdad y en Basora.

El grupo radical islámico que reivindicó el secuestro de las dos italianas, dijo que lo había hecho para «quemarle el corazón» al primer ministro Silvio Berlusconi y «castigarlo por asesinar a musulmanes».

El secuestro de Simona Pari y Simona Torretta es una absurda venganza, porque las dos mujeres eran conocidas por su abierta oposición al primer ministro italiano.

«Es el primero de nuestros ataques contra Italia», dijo el grupo islámico en su mensaje, que fue publicado en un sitio de Internet, cuya autenticidad no fue confirmada por fuentes oficiales.

«Nuestros hermanos combatientes advirtieron varias veces al gobierno italiano que retire sus fuerzas de Irak, que deje de asesinar a musulmanes en Irak y que no coopere más con las fuerzas estadounidenses», agregó el texto.

El grupo, autodenominado Ansar El Zawahiri, prometió además «quemarle» el corazón a Silvio Berlusconi «a través de estas dos mujeres italianas, para castigarlo por haber usurpado tierras musulmanas y asesinado musulmanes».

De acuerdo con testimonios de varios testigos de los hechos, los secuestradores disfrazados de militares irrumpieron en las oficinas de la ONG ubicada en el centro de Bagdad la tarde del pasado martes.

En menos de cinco minutos, las dos activistas italianas y un hombre y una mujer iraquí, fueron obligados a salir del inmueble y subir a unos vehículos estacionados en la entrada.

Las voluntarias italianas participaban además, en el programa Farah (Esperanza, en árabe), un proyecto que se lleva a cabo en colaboración con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dedicado a la educación y la promoción escolar en varios colegios de Bagdad y Basora.

Simona Pari llegó a Irak hace un año como responsable del proyecto, mientras que Simona Torreta era la jefa de misión en Bagdad.

Torreta colabora desde 1996 en Irak en la ONG italiana «Un Puente a Bagdad» (Un Ponte per Bagdad, en italiano) y en su amplia tarea social en ese país ya había conocido la desdicha de los iraquíes bajo el régimen de Saddam Hussein y bajo el embargo, pero no se marchó de Bagdad ni tampoco lo hizo durante la ofensiva anglo-estadounidense de 2003.

Romana de nacimiento, Torreta es diplomada en la Academia de Bellas Artes de Roma y con una licenciatura en Antropología Cultural. Dejó la comodidad de su vida en Italia para transitar, con velo puesto y todo, en las calles de Bagdad, asesorando a mujeres y enviando a los niños a las escuelas.

Uno de sus mayores orgullos como voluntaria era haber colaborado en la reorganización de la devastada Biblioteca de Bagdad y, hace pocas semanas, haber cumplido la meta de llevar a Nayaf 500 mil litros de agua.

Pocas semanas antes de ser víctima de este cobarde plagio, Simona había declarado a una radio italiana: «Es verdad, hay riesgos, pero hay quien nos guarda las espaldas. Lo importante es que trabajamos para aliviar el sufrimiento de niños y mujeres, las verdaderas víctimas de esta posguerra».

Ante el secuestro de las dos activistas italianas junto a dos personas iraquíes, el gobierno italiano activó una unidad de crisis para gestionar la situación y poner en marcha todos los posibles canales de comunicación y mediación.

Mientras, el portavoz de la ONG «Un ponte per Bagdad», Lello Rienzi, aseguró que nada hacía presagiar el secuestro y dijo que su organización no abandonará Irak, donde trabaja desde 1991.

2004/LR

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