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Impide Oaxaca a parteras realizar su labor

Por Citlalli López, corresponsal

De manera sigilosa, discreta, casi clandestina, Anastasia recibe cada mes la visita de Sofía, partera cercana a la comunidad.
 
Como quienes cometen algo ilícito, las mujeres se ocultan de las autoridades municipales, pues en las comunidades de ésta y otras zonas indígenas y rurales de Oaxaca recurrir a las parteras implica quedar fuera del programa Oportunidades.
 
Con ocho meses de embarazo, Anastasia espera su segundo hijo. Si todo marcha bien como hasta el momento, el parto será a finales de septiembre. Debido a la lejanía del hospital, la joven podría ser asistida por una partera, lo que implica perder el apoyo federal.
 
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los estados con mayor porcentaje de partos atendidos por parteras son Chiapas (74 por ciento), Oaxaca (56), Guerrero (51), Tabasco (42), Puebla (33), y San Luis Potosí (27 por ciento).
 
Las organizaciones feministas en Oaxaca estiman que por cada 10 partos atendidos en hospitales, casi cuatro son atendidos por parteras tradicionales debido a diferentes circunstancias, tanto culturales como de lejanía de los servicios de salud.
 
Martha Castañeda, integrante del Centro para el Derecho de la Mujer “Naxwin”, señaló que condicionar los programas sociales con la prohibición de la atención con parteras constituye una violación a los derechos de los pueblos indígenas, porque las mujeres “tienen que negar su cultura para poder tener acceso a servicios de salud”.
 
Por otro lado, expuso, a las parteras tradicionales se les prohíbe dar su servicio, incluso en algunos lugares hay una persecución y la constante amenaza de encarcelarlas si el parto se complica, refirió.
 
La especialista en temas de género indicó que el argumento de las autoridades es que la atención con parteras culmina en muerte materna (MM). “Eso no está comprobado porque también hay muerte materna en la atención institucional”, sostuvo.
 
VIOLENCIA OBSTÉTRICA
 
Un parto “institucional” o en clínica, dijo Martha Castañeda, no garantiza una atención de calidad y que sea totalmente seguro, por el contrario, añadió, “siguen cometiendo muchas cosas contraindicadas por la evidencia científica, como lo es la episiotomía”.
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la episiotomía como la incisión en el perineo para agrandar el orificio vaginal y facilitar el parto.
 
De acuerdo con el informe ciudadano “¡Justicia ya! Feminicidio y violencia contra las mujeres en Oaxaca a dos años del gobierno de la alternancia 2011-2012”, presentado el 21 de enero de 2012 por el Colectivo Huaxyacac, la violencia obstétrica es una de las “agresiones más constantes que sufren las mujeres en la entidad”.
 
Según el reporte, ese tipo de violencia está presente en la mayoría de los embarazos de las oaxaqueñas. En 2007 la Comisión Estatal de Arbitraje Médico de Oaxaca (CEAMO) registró que las quejas médicas por la atención de ginecología y obstetricia superan las del resto de los servicios de salud.
 
La Red en Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos e México (Ddeser) documentó 385 situaciones violatorias relacionadas con demoras, violencia verbal y emocional, maltrato físico, falta de confidencialidad, falta de información y carencia de recursos en los servicios de ginecología y obstetricia.
 
MORIR EN EL HOSPITAL
 
Cristina Galante, coordinadora de Proyectos de la Organización Nueve Lunas, indicó que el Sector Salud también canceló la atención a mujeres embarazadas en el primer nivel sin tomar en cuenta que muchas de las comunidades están a dos o tres horas de distancia de un hospital regional.
 
Lejos de mejorar el primer nivel, de concentrarse en eso y ofrecer opciones para la atención de la salud de las mujeres gestantes, el Sector Salud ha concentrado todo en los hospitales regionales, sostuvo.
 
“Si antes morían más en la casa o el camino, se ha buscado la hospitalización generalizada en todos los partos pensando que eso impactaría en la reducción de muertes maternas, pero lo que ha sucedido es que las mujeres ahora se mueren en los hospitales porque no se tiene infraestructura, personal, recursos, equipo ni  medicamentos suficientes”, expresó.
 
Cristina Galante señaló que para maquillar las cifras de MM, el Sector Salud registra estos decesos como muertes por otras circunstancias no relacionadas con el parto. Aún así, en 2010 Oaxaca alcanzó la tasa de MM más elevada del país con 88.7 muertes por cada 100 mil nacidos vivos.
 
Los datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Mortalidad Materna de los Servicios de Salud de Oaxaca indican que entre 2005 y 2011 la entidad acumuló 373 muertes de mujeres por causas relacionadas con su maternidad.
 
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