¡No más violencia contra las mujeres! fue el reclamo que hicieron aquí mujeres y hombres de todas las edades que denunciaron la impunidad que priva en Oaxaca.
Las mantas cedieron el paso a los modernos «ploters» donde los rostros de los funcionarios de hoy y del sexenio anterior fueron puestos como los responsables de una administración donde las mujeres son sólo discursos y se parafraseó el eslogan de la actual administración con la frase: «Oaxaca de cara a la impunidad».
La artista plástica Miriam Ladrón de Guevara, atada del cuerpo y manos, caminó con el resto de las mujeres envuelta en una manta roja, en tanto su rostro mostraba moretones y sangre para significar el dolor de las oaxaqueñas violentadas por la fuerza física, moral o institucional.
Poco después de las 17:00 horas del jueves, con moños morados pegados al pecho y cruces negras, las mujeres se encaminaron desde El Llano, seguidas por las miradas frías de los bronces de Benito Juárez y Miguel Hidalgo, hacia la Fiscalía Especializada para la atención de delitos contra la mujer.
El murmullo de los integrantes de la Sección 22 del SNTE en plantón en las calles aledañas a Juárez se dejó de escuchar y se sumó al grito, a la demanda, a la exigencia de justicia por todas las voces silenciadas.
Entre las líneas humanas de niñas, adolescentes, mujeres jóvenes, mujeres maduras, estudiantes, comerciantes, académicas, investigadoras, activistas y artistas, entre cuyos pasos de todas, estaban escritos los nombres de las víctimas de violencia feminicida.
Había indignación entre las activistas. Dos noticias flotaban en el ambiente: primero las cifras «oficiales» de la violencia patriarcal que horas antes había informado la fiscal, Aída Gómez Piñón, su falta de autocrítica y la posibilidad de que el gobernador Ulises Ruiz, creyera que en Oaxaca «hay buena atención a las víctimas».
La otra mala noticia era la absolución de José Julio Zárate López, quien en 2004 fue detenido y acusado de violar a María, una joven sordomuda.
Entre las voces que exigían justicia estaban también la solidaridad de quienes han demostrado ser mujeres valientes: la periodista Lydia Cacho, las agredidas de San Salvador Atenco, las desterradas mujeres Loxichas y las seis mujeres que fueron agredidas esta semana por la policía municipal cuando pedían el cese de la circulación del transporte público en las calle de Crespo.
Bajo la mirada de las otras, como las cocineras de un resturante o las estilistas de la estética, de algunas maestras en plantón, las amas de casa que esperaban su camión, una madre y sus cuatro hijas, pero también de muchos trabajadores que salieron a las puertas para ver pasar la marcha contra la violencia, llegaron a la Fiscalía ubicada en Colón, ya desde el martes cerrada a la circulación por el plantón magisterial.
En la Fiscalía, Miriam León de Guevara entró y mostró su cuerpo adolorido en representación de las que no pudieron hacerlo. En recuerdo de las víctimas de la violencia feminicida se colocaron varias docenas de cruces, lazos negros y esquelas con sus nombres en las paredes «para que nadie olvide, pero sobre todo para que las autoridades no lo olviden», planteó el Colectivo Huaxyacac, organismo que convocó a está movilización.
Yolanda García Caballero, una mujer adulta tomó el micrófono, y explicó que el pasado martes seis mujeres fueron agredidas, zarandeadas y amedrentadas por 15 elementos del grupo Jaguares del gobierno municipal, donde el fotógrafo Román Carlos Velasco, del diario Noticias se llevó la peor parte, explicó y reprobó la actuación del gobierno municipal.
También intervino Adriana Cruz Carrera, diputada local del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien denunció la discriminación que sufre dentro del Congreso, la falta de claridad en algunas iniciativas «que no pasan» y llamó al resto de las mujeres a solidarizarse para no permitir más la violencia patriarcal.
En entrevista, la abogada del Centro Integral Jurídico Pro Derechos A.C., Flora Gutiérrez Gutiérrez, sostuvo que pese a lo dicho por la fiscal horas antes en su informe, la realidad es que «no hay sensibilidad ni capacidad para atender a las mujeres en la Fiscalía».
Gutiérrez explicó que el organismo donde labora acompaña jurídicamente a las mujeres que sufren violencia y aseguró que es común que no les reciban sus comparecencias porque no traen identificación, que no es –dijo- ningún requisito indispensable.
Otro problema que se ha detectado es que ellas vienen decididas a iniciar una querella y les cuestionan su decisión, las hacen dudar y las bajan al Módulo de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar y, lo que es peor aún, es que les dan un citatorio para que ellas mismas lo entreguen a sus agresores, cuando esa tarea deben hacerla policías ministeriales.
La abogada relata que en el Centro Integral Jurídico Pro Derechos tienen una serie de testimonios que muestran que no existe una adecuada atención jurídica para las víctimas de violencia.
Los minutos pasaron junto con las denuncias. Ana María Hernández, integrante de Huaxyacac, lamentó entonces que la fiscal no saliera a atender a las mujeres, que no mandara a nadie a ofrecer una explicación pero recordó que «la historia no olvida las malas actuaciones», dijo refiriéndose al actual gobernador Ulises Ruiz, a su antecesor José Murat y a las y los funcionarios de procuración de justicia y seguridad.
«La historia no olvida sus malas actuaciones, por eso aquí vamos a seguir denunciando los casos como el de María cuyo violador está hoy en la calle; de María Luisa que fue asesinada a golpes por su esposo delante de sus hijos y quien hoy ocupa un cargo en el municipio de San Francisco Lachigoló, y de Osiris, la niña de 16 años asesinada en Xoxocotlán, aquí vamos a estar por las mujeres de Oaxaca, por las de Atenco y por la periodista Lydia Cacho».
La marcha culminó con el largo día de la primavera, que a las 19:30 ofrecía aún la luz del sol, atrás se quedó el eco de las voces que pedían ¡No más violencia contra las mujeres!
06/SJ/LR
