Médicos especialistas en reproducción asistida coincidieron en la necesidad de que haya una legislación en la materia a fin de regular los procedimientos, no sólo desde un punto de visto médico y tecnológico sino también moral.
En breve entrevista con cimacnoticias, al término de la mesa redonda Realidades y controversias en reproducción asistida, efectuado en el Instituto Nacional de Perinatología, Samuel Hernández Ayup, director del Centro de Ginecología y Obstetricia de la ciudad de Monterrey, consideró que debe haber una norma que ordene, controle y vigile los procedimientos en reproducción asistida.
Esa legislación –apuntó– debe regular los mecanismos de funcionamiento y los recursos humanos necesarios en la reproducción asistida, «que estén preparados para ejercer una medicina de alto nivel, no sólo desde un punto de vista tecnológico sino también moral».
Al preguntarle su opinión acerca de la iniciativa de ley sobre reproducción asistida que presentó el PAN en la Asamblea Legislativa hace unos días (que entre otros puntos establece que únicamente las parejas casadas podrán tener acceso a esa práctica), Hernández Ayup comentó que a los legisladores a les corresponde determinar a quiénes se les podrá proporcionar el servicio de reproducción asistida.
«No sabemos cuáles van a ser los límites que impondría una ley federal en ese sentido. Hasta ahora cada centro médico que ofrece ese servicio en el país hace el trabajo de la mejor manera, desde su punto de vista; pero mientras no se disponga de un criterio que unifique las conductas para practicar la reproducción asistida, cada hospital o clínica seguirá teniendo sus propias normas y así continuará el desorden.»
Por su parte Jaime Escárcega Preciado, director del Centro de Reproducción Asistida Hospital Clínica del Parque, en la ciudad de Chihuahua, advirtió que en tanto no haya a una legislación general en la materia los médicos especialistas corren el riesgo de «estar sobreactuando al limitarla la reproducción asistida a parejas que tienen derecho a ella», toda vez que, coincidió, cada clínica tiene sus propios criterios para llevarla a cabo.
En relación a que una ley en la materia podría prohibir a parejas de lesbianas la reproducción asistida, Escárcega Preciado aceptó que esta práctica médica «va de la mano de cuestiones morales; por lo que si no existe un contrapeso legal puede caerse fácilmente en situaciones que para mucha gente son inmorales».
Por lo mismo señaló que «nosotros como médicos somos muy respetuosos de las predilecciones sexuales de cada quien. Esta es mi opinión personal, no es una ley universal, y pues estamos a la espera de que los legisladores acoten a quiénes se les puede proporcionar el servicio para apegarnos a esas disposiciones».
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