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«Infla» gobierno federal presupuesto para mujeres

Por Lourdes González García

Incluir el programa Oportunidades dentro del Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres es una estrategia del Gobierno federal para «inflar» el presupuesto destinado a favor de las mujeres, aseguró Alberto Serdán, investigador del Centro de Análisis e Investigación Fundar.

En entrevista con Cimacnoticias, Serdán expresó que los 23 mil 117 millones de pesos de Oportunidades, de los 27 mil 29 millones destinados al Programa para la Igualdad y No Discriminación contra las Mujeres, realmente son recursos destinados a becas educativas para niñas, niños y jóvenes, que se entregan a las madres de familia, pero fuera de esto no hay una estrategia del programa que vaya destinado a mejorar la igualdad de género».

Mencionó que la razón por la cual estos recursos aparecen en un programa que supuestamente contribuye a la igualdad de género es que el dinero en efectivo se entrega a las mamás y no a los papás, y son ellas quienes administran estos recursos, pero son única y exclusivamente para financiar la educación de sus hijas e hijos.

El investigador de Fundar aseguró que el objetivo del Oportunidades es romper el círculo intergeneracional de la pobreza, bajo la premisa de que dando recursos para que mejoren las capacidades educativas de las niñas, niños y jóvenes ya no van a ser pobres.

Otro componente que prevé el Oportunidades y que quizá fomente la equidad de género, explicó, son las pláticas de salud que se ofrecen a las madres de familia, pero, otra vez, éstas son para que mejore las condiciones de salud de sus hijos y no tiene nada que ver con la salud específica de esas mujeres».

Serdán consideró, por ello, que colocarlo como recursos dentro de un programa a favor de las mujeres, es sólo una estrategia del Ejecutivo para inflarlo.

Aun cuando un balance realizado por investigadores del CIDE citado en el documento «Balance de Impactos de Oportunidades 2000-2006», refiere que durante los seis años en que se aplicó este programa, sus resultados fueron satisfactorios, principalmente para las mujeres quienes se vieron beneficiadas con recursos para continuar sus estudios de secundaria y preparatoria.

El análisis señala que hay más mujeres recibiendo las becas de este programa en secundaria, en el ciclo 2005-2006, el 50.6 por ciento de becas fueron para mujeres y 49.4 por ciento para hombres, diferencia que aumenta conforme el nivel escolar, por ejemplo en educación media superior en donde el 53.8 por ciento de becas fueron para mujeres y 46.2 por ciento para hombres.

Según este mismo estudio, de los cinco millones de beneficiarios, el 97 por ciento de titulares del programa son mujeres, de las cuales el 17 por ciento son jefas de familia.

Uno de los impactos que señala el documento es que las mujeres «han observado una mayor autoestima y participación en la toma de decisiones y posición en la familia y la comunidad», pero el impacto mayor es en la reducción de la carga del trabajo doméstico a través de la adquisición de enseres domésticos.

Como ejemplo señala que las mujeres pobres dedican el doble de tiempo a la preparación de alimentos (24 horas a la semana) en comparación con las que no son pobres (12 horas a la semana): si una mujer cuenta con una estufa de gas, reduce tres horas el tiempo que le dedica a la preparación de alimentos.

En contraste, un estudio realizado por el Comité Técnico para la Medición de la Pobreza de Naciones Unidas, reveló que alrededor de 18.6 por ciento de los hogares mexicanos tiene un ingreso per cápita «insuficiente para comprar una canasta que cubra los requerimientos alimenticios para vivir; casi el 46 por ciento obtiene ingresos que no cubren sus necesidades básicas (alimentación, vivienda, vestido, transporte, salud y educación) y el 57 por ciento no tiene los recursos para cumplir con el perfil de consumo que incluye los conceptos anteriores más otros gastos.

En cuanto al cumplimiento de las Metas del Milenio, la CEPAL menciona que de acuerdo con los resultados del avance previsto para el 2006 y del crecimiento económico registrado entre 1991 y 2006 en la región, un grupo de países alcanzarán la primera meta referente a la reducción de la pobreza.

En este sentido, indica que aunque Costa Rica, Ecuador, El Salvador, México, Panamá y Perú, cuyo avance es similar o superior al esperado, «también lo lograrían si su ingreso por habitante creciera a un ritmo similar al promedio de los últimos 16 años».

Para este organismo de Naciones Unidas, el crecimiento económico tiene que ir a la par del mejoramiento en la distribución del ingreso porque esto permitiría avanzar más rápido para combatir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de los más pobres.

No obstante, el documento señala que pese a los avances registrados en la región, el principal problema pendiente continúa siendo que la población logre satisfacer sus necesidades más básicas.

06/LGG/GG/CV

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