El caos en Irak por la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña dificulta la labor del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que pese a ello ha logrado distribuir cantidades marginales de agua y alimentos en algunos hospitales, a los que llegan en promedio 240 heridos por día, informó la institución.
En un reporte sobre la situación general, el CICR indicó que entre los problemas más graves está la falta de agua por la destrucción de la infraestructura hidráulica del país, que ya había sido dañada durante la Guerra del Golfo en 1991, cuando el territorio iraquí fue atacado por Estados Unidos con el apoyo de una coalición de más de 20 países.
Otro grave problema es la saturación de los hospitales, agregó el CICR, donde durante los días de más intensos bombardeos algunos reciben un promedio de 10 personas lesionadas por hora, lo que da un promedio de 240 heridos por día.
Pese a los intensos bombardeos, el CICR informó que logró visitar la víspera el hospital Ibn Navis y entregar suministros al complejo médico Medical City, en Bagdad, con 650 camas. Este último carece de agua y electricidad y de 27 quirófanos sólo seis están en uso. Ingenieros del comité intentan reparar la red de agua.
Personal del comité en Irak reportó que la falta de seguridad ha impedido más visitas a hospitales y reparaciones de la red hidráulica, situación agravada por el bajo suministro de electricidad, menor al 20 por ciento en Bagdad, lo que afecta a la red de agua potable.
El CICR informó que hasta el pasado siete de abril entregó unas dos toneladas de material médico como anestesia y otros fármacos para atender a 100 heridos que necesiten ser operados, además de apósitos e instrumental quirúrgico.
También fueron distribuidas a tres hospitales quirúrgicos cinco mil 400 bolsas de un litro de agua potable a los hospitales, sin embargo la situación general de la red hospitalaria es crítica ya que depende casi totalmente de generadores de energía eléctrica de reserva, agregó la fuente.
El comité agregó que los generadores no tardarán en averiarse ya que han funcionado en forma constante durante varios días, por lo que apoya en su mantenimiento y proporcionó tres de ellos para los servicios de urgencia y quirófanos de los hospitales Al Karama, Shahad Adnan y el Hospital Universitario de Bagdad.
La falta de agua potable aumenta las posibilidades de que la población contraiga enfermedades infecciosas, situación agravada por el cierre de varias plantas de tratamiento de agua y estaciones de bombeo del líquido que surten al este y sur de Bagdad, agregó.
Dos camiones cisterna del CICR distribuyeron agua potable en siete puntos en la zona central de Rusafa, sin embargo la operación fue limitada debido a la inseguridad y no pudo ser extendida a zonas de Bagdad que no están conectadas.
BASORA
El CICR informó que tras los intensos combates dentro y alrededor de Basora, la segunda ciudad más grande del país, el personal expatriado del CICR no se desplazó por la ciudad. Se pidió al personal local que permaneciera en sus casas con su familia.
A pesar de todo, fue posible instalar depósitos plegables en los hospitales de Basora. Prosiguió también el transporte de agua en camión cisterna en la ciudad. Los delegados del CICR finalizaron un primera visita a un campamento de la coalición, en el sur de Irak, donde hay prisioneros de guerra iraquíes.
2003/MEL/MES
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