Intestino grueso, órgano asociado a los pulmones según la medicina oriental. Razón por la cual entre ambos existe una relación complementaria y semejante. Los problemas en el intestino grueso afectan a los pulmones -y viceversa- y en los dos órganos sus funciones son parecidas: tienen que ver con absorber, separar y eliminar.
Ubicado en el vientre al final del tubo digestivo, el intestino grueso está formado por el ciego, que une al intestino delgado y colon; el colon, encargado de cambiar los productos digestivos de desecho en heces, y el recto, por donde sale el excremento (Atlas del cuerpo humano, 1995).
La digestión tiene su tiempo. Luego de ingerir la comida, el paso de los alimentos por el estómago y el colon varía en cada persona (según sus actos reflejos) y puede durar de diez horas a varios días.
Para la medicina oriental, la forma que tome el final de este proceso va a depender del nivel de energía que exista en el intestino grueso.
Cuando se agota habrá, en general, estreñimiento, congestión de los conductos nasales y bronquios; al comer alimentos fibrosos se presentarán diarreas, y el abdomen estará frío.
Si, por el contrario, hay energía en exceso, la persona puede sufrir de dolores de cabeza, moqueo, congestión nasal, hemorragia nasal, amigdalitis, dolor de encía y dientes, palidez de la piel, ojos blanquecinos, dolor en los hombros, opresión en el pecho, estreñimiento alternado con diarrea, tos, hemorroides, y los síntomas de resfriado común.
Wataru Ohashi explica el porqué de tanto padecimiento cuando la energía es excesiva en el intestino grueso:
«El motivo es que la energía atrapada en el intestino grueso sube cuando no puede ser eliminada por abajo. El cuerpo trata de remediar la situación y restablecer el equilibrio mandando la energía a los órganos de arriba, de allí los síntomas en los pulmones, garganta y nariz» (Cómo leer el cuerpo, 1995).
Lo anterior conlleva un problema psicológico, dice Ohashi: una insatisfacción continua. ¿El motivo? El intestino dedica demasiado tiempo y energía a trabajar con los desechos del cuerpo.
Observa si en tu «yo soy corporal» existen síntomas en los que puedas detectar esta relación complementaria entre pulmones e intestino grueso. Anota lo que veas en tu Diario del Cuerpo.
*Periodista especializada en terapia corporal Gestalt