Encabezadas por la ex candidata a la jefatura de la delegación Iztapalapa por el partido de la Revolución Democrática (PRD) Clara Brugada, mujeres de esta demarcación y Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) realizaron hoy una caminata para exigir un alto a los crímenes cometidos contra las mujeres por la derecha de este país,y una vida con derechos plenos.
Durante la caminata, que partió del Claustro de Sor Juana y finalizó en las afueras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación señalaron que el objetivo de la movilización es manifestarse contra la injusticia y la impunidad y exigir a la SCJN cumpla con su mandato de impartir justicia.
Durante el mitin realizado a las afueras del máximo tribunal de justicia de la nación, Clara Brugada afirmó que en México la justicia tiene precio; «puede pasar de todo, porque las instituciones y sus representantes sirven a los intereses del poder que los nombra y los protege, la ley se aplica con rigor a las y los pobres, mientras que los delincuentes que tiene poder pueden seguir siendo ciudadanos respetables».
Rodeada por un grupo de mujeres vestidas de blanco, aseveró que en el país la verdad jurídica dictada por jueces, magistrados y ministros, pretende reescribir la historia negando y eludiendo la realidad; «transforman a las víctimas en culpables, y los hombres de poder quedan intocables».
La ex candidata por el PRD para dirigir la delegación Iztapalapa señaló que ejemplo más reciente de lo anterior es lo ocurrido en el caso de Acteal, donde liberaron a20 asesinos materiales y dejaron la ruta establecida para que otros 30 salgan libres.
«Las y los sobrevivientes, ancianos, niñas y niños llevan las heridas y el olvido, y el mensaje que les envía el Estado mexicano es la liberación de los asesinos de sus madres, padres, hermanas, hermanos, hijas e hijos», puntualizó.
El 12 de agosto, con cuatro votos, la y los ministros de la Primera Sala de la SCJN concedieron el amparo que puso en libertad a 20 de los 40 paramilitares acusados de asesinar a 19 mujeres (cuatro de ellas embarazadas), 14 niñas, cuatro niños y ocho hombres el 22 de diciembre de 1997 en Acteal, Chiapas, aunque 12 años después de la masacre el Estado no haya considerado la reparación del daño para las víctimas.
«La lista es inmensa, la relación de atropellos y de injusticia hacia las y los mexicanos podría llevarnos días, semanas, meses, y no acabaríamos», dijo.
Lugar especial tuvieron en el discurso de Brugada las mujeres, señalando que en México se protege a quienes las violentan, tal es el caso del Gobernador de Puebla Mario Marín, «el gober precioso», al que se le protege y, en cambio, se encarcela a Lydia Cacho por denunciar una red de prostitución infantil; a Jacinta Francisco Marcial, indígena de la Comunidad ñhä-ñhú, se le condena a una pena de prisión de 21 años y al pago de 90 mil pesos por el «secuestro» de seis integrantes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).
Agregó que cientos de mujeres en CiudadJuárez han sido asesinadas mientras las autoridades encubren y protegen a los responsables. No les basta con eso; ahora, en diversos estados del país se encarcela a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo producto de una violación.
De noviembre de 2008 a la fecha, 14 estados de la República han modificado su Constitución local para prohibir y criminalizar el aborto, aun en casos de violación.
Morelos fue el primero, siguiéndole Baja California, Campeche, Chihuahua, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Yucatán. En los próximos días dichas modificaciones serán votadas en los congresos de Querétaro y Sinaloa.
De igual manera, se refirió al Tribunal Electoral que, a su ver, violentó sus derechos políticos, al emitir una resolución que la despojó de la candidatura para presidir la delegación de Iztapalapa e imponer a Silvia Oliva, representante de los intereses de la derecha.
«Frente a esto no podemos quedarnos calladas y callados, ni la Corte ni los tribunales de nuestro país pueden seguir en el estado en que se encuentran, no pueden estar divorciados de la realidad y vivir en la farsa», concluyó.
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