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Investigan dictámenes de violación en la PGJ de Matamoros

Por Samara del Toro

La Procuraduría General de Justicia (PGJE) de Tamaulipas investiga si existe o no negligencia en la elaboración de dictámenes en varios casos de violación contra mujeres, incluidas niñas, realizados por su área de Servicios Periciales en Matamoros.

Esta situación se pudo conocer después de que un resultado pericial elaborado en esa dependencia sobre la presunta violación de una niña de 4 años resultó contradictorio con otra versión médica, caso que constituye al parecer la punta del iceberg de un problema generalizado.

Ante ello el procurador del estado, Aníbal Pérez Vargas, ordenó la investigación de los dictámenes médicos realizados por el área de Servicios Periciales, a cargo de la doctora Marisela Ramírez Beltrán, en torno a delitos de violencia sexual.

La falta de precisión en los dictámenes médicos, la extraña similitud de los resultados y el uso de términos confusos, en los que se daba a entender que no había lesiones, ni señal de vida sexual, aun cuando algunas victimas indicaban vivir en concubinato, orillaron a la indagación.

Por el momento se informó que son dos los peritos que están realizando los dictámenes solicitados por las Agencias del Ministerio Público por casos de violación, hasta que se tengan los resultados de la investigación.

LAS HISTORIAS

Dos de los casos en los que se presumen irregularidades se refieren a dictámenes elaborados por Marisela Ramírez en dos niñas, pero que no coinciden con la versión de los hechos narrados por sus madres, ni con otros análisis médicos practicados a las presuntas víctimas.

Ana, madre de una de las niñas, narró cómo en el momento en que se enteró de los resultados del dictamen médico de la Procuraduría sintió una gran impotencia, pues esa versión legal que indicaba «himen íntegro» era contraria a lo que le había dicho la doctora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) cuando revisó a su hija.

El esposo de Ana fue consignado solo por impudicias, lo equivalente a tocamientos, en agravio de la hija de ambos, de tan solo 4 años.

«No me quedé tranquila, dice Ana, fui con una ginecóloga para que revisara a mi hija, y me dijo que sí había huellas de violencia sexual. Además mi niña tenía mucho miedo de que la revisaran, estaba muy traumatizada».

Ana tiene copia de los resultados médicos expedidos por el área de Servicios Periciales, así como del resultado de la especialista en ginecología que atendió a la pequeña.

Sin embargo, a pesar de que podía inconformarse con el dictamen de Servicios Periciales y pedir otra opinión legal, no lo hizo por falta de conocimientos legales por no contar con asesoría legal oportuna.

Angélica enfrentó el mismo problema, pero ella nunca tuvo duda de que su hija había sido abusada por quien era su pareja.

«En esa ocasión tuve que trabajar horas extras en la noche, pero llegue antes de lo que había dicho, hice ruido con la puerta y escuché que él le decía a mi niña que no dijera nada».

Recuerda cómo quedó conmocionada al ver a su hija salir corriendo del cuarto, «estaba asustada y lloraba», señaló Angélica.

Al entrar en la recámara vio sangre en el suelo y en las sábanas. «Él no debía haber estado en la casa, yo nunca permitía que se quedara solo con mis hijos, pero llegó después de que me había ido a trabajar».

La niña, de 10 años, acudió a dar su declaración, incluso se constataron las huellas de la sangre en la habitación; sin embargo, el dictamen médico resultó, como en el caso anterior, «himen integro sin desfloración».

«No entiendo por qué dijo eso la doctora, si incluso me dijo que mi hija sí había sido violada y puedo decirlo en su cara», asegura.

Angélica también buscó otra opinión médica, recurrió a un ginecólogo, quien reconoció que había indicios para sospechar una violación e incluso le recetó anti inflamatorios por los daños que presentaba la niña.

«Después lo busqué para que me pusiera por escrito lo que me había dicho pero no quiso, tal vez por miedo a un problema, pero como quiera tengo la receta que me dio», afirma la señora.

«No entiendo, de verdad», dice respectoa los resultados periciales, ya que incluso le tomaron muestras cuyo resultado fue que había semen en la vagina de la menor de edad.

CONTRA MENORES DE EDAD

Según cifras de las Agencias del Ministerio Público Especializadas en Protección a la Familia, en el 60 por ciento de las denuncias por violación, éstas son cometidas contra menores de edad, por algún familiar como padre, abuelo, tíos o padrastros.

«El daño psicológico que sufren es mayor que el físico, ya que deja huellas permanentes, y para después salir del trauma se necesita tratamiento especializado», asegura Rosaura Dávila de Cuéllar, directora del Centro de Orientación y Apoyo a la Mujer, (COAM), organismo social que ofrece ayuda a mujeres y menores de edad víctimas de violencia familiar.

«Se necesita que toda la familia tome apoyo psicológico», señaló, esto a fin de que sanen las cicatrices y heridas emocionales, pues de lo contrario, aunque no se hable del tema, «éstas siguen ahí».

En el caso de las niñas y niños violentados sexualmente, el tratamiento psicológicodebe contemplar todo su ámbito social, la escuela, familiares y amigos, a fin de hacer más fácil el proceso de recuperación, indicó Dávila de Cuéllar.

Que las familias sepan que existió violencia sexual contra un menor tiene una gran importancia, no solo para establecer sanciones a los culpables, también para el proceso de sanación de la víctima, explica.

NO RECIBEN TRATAMIENTO ESPECIALIZADO

Después de la agresión vivida, los menores de edad de escasos recursos enfrentan el dilema de cómo superar este evento traumático, pues en Matamoros no existe ningún programa oficial para las víctimas de violencia sexual y son las asociaciones civiles las que cumplen esta labor.

«Después de buscar ayuda, la encontré en una asociación civil, mi hija recibe ahí terapia psicológica cada semana, ahora la veo mejor, después de lo que pasó estaba muy rebelde, lo malo es que muchas personas no encuentran dónde pueden recibir ayuda», asegura Ana, quien encontró en Principios de Vida, AC, el apoyo necesario para sacar adelante a la pequeña.

«Es duro saber la verdad, pero es mejor saber a estar engañada y no poder ayudar a nuestras hijas», asegura.

07/ST/GG

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