El juicio que se reabrió esta semana en Setúbal, Portugal contra tres mujeres acusadas por practicarse un aborto clandestino, reavivó el debate sobre la despenalización de esta práctica en la península europea.
En este caso, las acusadas son Mariana Santos, una enfermera especializada en partos y dos mujeres a las que supuestamente asistió, difundió el periódico La Voz de Galicia.
La gran controversia respecto al aborto se ha dejado ver en el desarrollo de este juicio. Por un lado, decenas de personas se concentraron ante las puertas del tribunal con carteles en los que se leía «Aborto, el delito está en la ley» y «Mujeres exigen la despenalización».
Por otro lado, el juicio fue suspendido por la supuesta parcialidad de la jueza del proceso, que había manifestado «resulta conocido que quien se dedica a este tipo de prácticas delictivas lo hace con fines de lucro».
El pasado mes de marzo, la cuestión del aborto amenazó con poner a prueba la coalición de Gobierno de centro derecha.
La crisis concluyó con la decisión del mayoritario Partido Social Demócrata de aplazar a la próxima legislatura la ampliación de los supuestos de interrupción legal del embarazo, para no desairar a su socio, el conservador Partido Popular.
2004//GV/SM