El huracán Katrina despojó de hogares y sustento a millares de residentes de la costa del Golfo estadunidense. En los días que han transcurrido desde la catástrofe, las víctimas han trabajado para poner su vida. Asegurarse de que se cubran las necesidades básicas de salud sexual y reproductiva de las mujeres, uno de los sectores más vulnerados por el huracán, es uno de los numerosos retos que afrontan.
Las clínicas de aborto y de planificación familiar figuran entre los establecimientos de salud más afectados. En particular, Planned Parenthood of Louisiana and the Mississippi Delta (Planificación Familiar de Luisiana y el delta del Mississipi) se encuentra en una situación desesperada: su clínica de Nueva Orleáns está en ruinas y permanecerá cerrada en el futuro inmediato; la de Baton Rouge volvió a abrir sus puertas hace poco, indica información del portal Ipas, dedicado a la salud reproductiva de las mujeres.
Planned Parenthood of Houston and Southeast Texas (Planificación Familiar de Houston y el Sureste de Texas) está trabajando estrechamente con su similar de Luisiana a fin de garantizar que las y los residentes de esta entidad puedan continuar adquiriendo métodos anticonceptivos y otros servicios de salud reproductiva. Como una cortesía a las mujeres que huyeron del huracán Katrina, los centros de salud de esta organización les ofrecerán un mes gratis de métodos anticonceptivos o un paquete gratis de anticoncepción de emergencia.
Los prestadores de servicios de salud afrontan un aumento en la demanda de servicios de aborto, pues las mujeres con un futuro incierto posiblemente no piensen que éste sea momento para iniciar una familia, o centran su energía en proteger la familia que tienen y en reconstruir su vida.
Sin un acceso confiable a los métodos anticonceptivos -sobre todo si existe de por medio una agresión sexual- las mujeres no pueden evitar el embarazo. Los prestadores de servicios de salud en Texas y Baton Rouge están luchando por cubrir las necesidades del alto número de mujeres que reclaman de atención segura del aborto: un gran reto en una región tan hostil a los prestadores de estos servicios.
Las sobrevivientes al huracán también corren mayor peligro debido al aumento de los incidentes de violencia sexual y doméstica. Los informes de violencia contra mujeres, incluidas la agresión sexual y la violación, han alarmado a grupos como Amnistía Internacional, que monitorea gobiernos, refugios, prisiones y campos de refugiados en todo el mundo para detectar las violaciones a los derechos humanos.
Sheila Dauer, directora de Derechos Humanos de Mujeres para Amnistía Internacional en Estados Unidos, dijo que los grupos de socorro tienen la obligación de dar prioridad a los sectores vulnerables de la población al planificar y administrar los refugios.
«Entre los millares de personas que han sido lanzadas ahí, algunas de ellas son sumamente vulnerables a la violencia y al abuso,» afirmó Dauer. «Las personas muy jóvenes, las de edad muy avanzada, las mujeres, los niños y las niñas: todos ellos tienen el derecho humano a ser protegidos».
Según Merni Carter, directora ejecutiva de Louisiana Coalition Against Domestic Violence (Colalición de Luisiana contra la Violencia Doméstica), muchos refugios han sido destruidos; los que aún permanecen intactos han sido despojados, y sus residentes desplazados, sobre todo las mujeres, son particularmente susceptibles a la violencia.
05/YT