La verdad es que prácticamente ha pasado de puntillas la noticia de la aprobación del Proyecto de la Ley de Igualdad en España por parte del Consejo de Ministros del pasado viernes 23 de junio.
Claro, es mucho más importante dar a conocer el estado de ánimo de la selección española de futbol que compite en el mundial de Alemania.
También es importante recordar a las familias la próxima visita del papa a Valencia, aunque en esa visita no se vaya a acordar ni de las familias monoparentales, ni las de personas homosexuales, ni de las parejas que se hayan divorciado con anterioridad y hayan podido volverse a enamorar. Lo importante es que se trata del V encuentro mundial de las familias y eso ha de ser publicitado con bombo y platillos. A los que formamos otros tipos de familia o no esperamos al papa, ni una sola mención, nada.
Y si los grandes medios de comunicación son capaces de negar la realidad no virtual de la existencia de muchos más tipos de familias que las convencionales, ¿Cómo se van a atrever, en estos momentos puntales, a apuntalar mediáticamente la noticia de la aprobación por el Consejo de Ministros del Proyecto de Ley de Igualdad? Sería como tirarse piedras a su propio tejado.
Se acuerdan bien poco que ese proyecto de ley (como todos siempre mejorable), va dirigido a mejorar la situación de representatividad y a favorecer la equidad de más del cincuenta por ciento de la población del estado español.
Una vez más los grandes acontecimientos roban el protagonismo a situaciones que, como en su día, la Ley del Divorcio (que por cierto esta semana cumplió los 25 años de vigencia) van a mejorar las condiciones de vida de las mujeres.
En año pre-electoral, los partidos políticos van a tener que hilar fino a la hora de elaborar sus listas electorales, puesto que las chicas vamos a estar vigilantes.
Las empresas de más de 250 trabajadores, van a tener que ponerse las pilas y comenzar a elaborar planes de igualdad negociados con la representación legal de los trabajadores.
Y, aunque se ha ampliado el plazo, en el texto que va a ir al Parlamento, las empresas tienen ocho años para incorporar en sus consejos de administración a un número superior de mujeres. Y aunque, como dije antes, todo Proyecto de Ley es mejorable, también es cierto lo que dice mi amiga Laura Nuño: «…Oye, que si está puesto en una Ley, es exigible siempre…». Y tiene razón.
A falta de una lectura apropiada del texto que aprobó el Consejo de Ministros, esa es la mejor noticia que he leído a lo largo del fin de semana. Afortunadamente los medios alternativos le han dado la importancia que merece.
Bueno también hay otra que merece especial atención, al menos para mí y es el nombramiento de la Maestra Amelia Valcárcel, como consejera electa para el Consejo de Estado.
Y mientras, si pones la tele, te siguen inundando con partidos de futbol, con series americanas con contenido machista e incluso misógino. De la publicidad mediática mejor ni hablar, pero curiosamente en la edición digital del periódico de El País aparece una noticia que habla de la saturación de los juzgados como consecuencia de la violencia machista.
Curioso el mensaje del titular: Al tiempo que habla de violencia machista y normaliza el lenguaje no sexista, deja entrever que como las mujeres denunciamos más la violencia que se ejerce sobre nosotras, en última instancia somos las culpables (de nuevo) del colapso de los juzgados. Curioso el modo de redactar el encabezado de una noticia.
Y es que ya lo vamos aprendiendo los que somos de a pie: lo importante, lo realmente importante no es lo que se hace, sino lo que aparece en los medios de comunicación de masas. O lo que es lo mismo, el quasi omnímodo cuarto poder, el de los medios de comunicación.
Afortunadamente, para muchas de nosotras están los medios de comunicación que nos informan de estas cosas y en los que podemos decir que pensamos. Desde aquí muchos ánimos a todas las compañeras que los hacen posible.
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