La crisis aumenta la brecha de género entre mujeres y hombres

Los avances conseguidos en los últimos años en materia de igualdad de género podrían venirse abajo por la crisis económica que atravesamos.
 
Los recortes sociales no hacen sino aumentar la brecha de la desigualdad entre mujeres y hombres, afectando de forma alarmante a estas últimas.
 
La situación del mercado laboral, los salarios, el gran porcentaje de paro (desempleo) en las y los jóvenes o los recortes en educación o la falta de ayudas a la dependencia, son algunos de los factores que nos alejan cada vez más de alcanzar la igualdad entre los sexos.
 
El desempleo femenino es más de un punto mayor que el masculino. Se están destruyendo empleos que ocupaban en exclusiva las mujeres.
 
Además al ser las que menos cobran, si uno de los dos miembros de la pareja tiene que dejar de trabajar, casi siempre serán ellas. Esto supone que estén abandonando el mercado laboral. Un mercado en el que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), aún cobran 5.744 euros menos que los hombres por un trabajo igual.
 
La maternidad es uno de los grandes factores determinantes de esta desigualdad. Casi la mitad de los españoles cree que a la hora de emplear a una mujer se tiene en cuenta si tiene hijos o planea tenerlos.
 
Además, los recortes en sanidad o educación suponen un esfuerzo extra en el entorno familiar, que generalmente recae sobre las mujeres. En promedio, éstas dedican 100 minutos al día más que los hombres a tareas domésticas y del cuidado de las y los hijos, según un estudio de la OCDE.
 
El gobierno ha recortado drásticamente los fondos destinados a luchar contra la violencia de género y en este año se espera otro tijeretazo del 24 por ciento.
 
Las asociaciones de víctimas están indignadas porque consideran que es un retroceso y piden mejoras en la legislación para erradicar esta lacra del país.
 
MÁS MUJERES EN EL PODER
 
Sin embargo, estos datos contrastan con la nueva encuesta realizada por el Eurobarómetro, que revela que el 78 por ciento de las y los europeos piensa que una mayor presencia de las mujeres en cargos de poder político en los países en desarrollo “haría mejorar las cosas”.
 
Más de tres cuartas partes de las 25 mil personas encuestadas afirman que un mayor liderazgo de las mujeres en los países en desarrollo mejoraría las condiciones de vida, los Derechos Humanos y prevendría muchos conflictos.
 
El Comisario de Desarrollo de la Unión Europea, Andris Piebalgs, afirma que desde la Comisión “ponemos a la mujer en el centro de todo lo que hacemos, velando por que nuestros programas de ayuda tengan en cuenta a las mujeres en todo desde la educación y la asistencia sanitaria hasta la agricultura y la energía, por lo que me complace ver que la mayoría de los europeos está de acuerdo con este planteamiento”.
 
La política, cargos públicos y de alta responsabilidad son ámbitos tradicionalmente pertenecientes a los hombres. Las mujeres tienen todavía poco peso en este terreno y avanzan lentamente. Países como Brasil tienen una participación de las mujeres en la política de menos del 10 por ciento.
 
SITUACIÓN DE LAS MUJERES EN EL MUNDO
 
La imagen de la mujer sumisa y obediente se va desdibujando poco a poco, pero en muchos países ellas continúan sometidas a la voluntad masculina a pesar de los esfuerzos de ONG, instituciones y activistas.
 
La cultura musulmana es buen ejemplo de ello y nos muestra a una mujer siguiendo los pasos del hombre, respetándole en todas sus decisiones.
 
La educación es una de las materias en las que más se ha avanzado a nivel mundial a pesar de que unos dos tercios de personas analfabetas son mujeres. Los programas de alfabetización puestos en marcha por gobiernos e instituciones han conseguido reducir estas tasas hasta en más de 20 por ciento.
 
Los embarazos en adolescentes, el matrimonio precoz y la necesidad de ayudar en el entorno familiar son los principales factores de inasistencia escolar en las zonas más desfavorecidas.
 
Cada vez son más las mujeres que trabajan fuera de casa. Realizan los trabajos más precarios y son mano de obra, en ocasiones, más barata que los hombres. Las zonas con más dificultades para acceder a ese mercado laboral son el norte de África y el oeste asiático.
 
Se han dado grandes pasos en materia de igualdad a nivel mundial, pero todavía quedan muchas cosas por cambiar. Las mujeres siguen siendo víctimas de graves discriminaciones en los países en desarrollo, además de enfrentarse a riesgos graves para la salud, especialmente en lo relacionado con la maternidad y la violencia, que afecta a un tercio de todas las mujeres en su vida.
 
Los gobiernos e instituciones como la ONU y la Unión Europea tienen una importante tarea en este aspecto. Deben continuar impulsando sus programas de ayuda para la realización de las mujeres y niñas de todo el mundo.
 
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