Un grave problema de nutrición que afecta en gran medida a las mujeres y que además es el mayor problema nutricional en el mundo, es la anemia, la cual es causada comúnmente por deficiencia de hierro en países en desarrollo.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición de la Secretaría de Salud (Ssa) la anemia está asociada con mayor susceptibilidad a las infecciones, con cansancio y desgano, así como con una menor capacidad para el trabajo físico.
Además, la anemia en el embarazo se relaciona con desenlaces desfavorables, en especial con una mayor probabilidad de embarazo pretérmino y con una menor reserva hepática de hierro en los recién nacidos.
Otra deficiencia nutricia común en las mujeres es la de ácido fólico. Si esta deficiencia ocurre durante el periodo peri-concepcional, se asocia a un incremento del riesgo de defectos del tubo neural (DTN) en los hijos de estas mujeres. Cabe mencionar que en México la incidencia de DTN es de las más altas en el mundo.
Durante el embarazo suele presentarse también deficiencia de vitamina C que se relaciona, entre otras cosas, con la ruptura prematura de membranas, la cual es factor de riesgo para nacimientos prematuros.
Lamentablemente, la mala nutrición de la mujer adulta es común y sus consecuencias rebasan la frontera de su organismo para trascender a sus hijos.
La desnutrición de la mujer, desde pequeña, es uno de los problemas de nutrición más comunes en el mundo. Junto con los niños, las niñas tienen una elevada prevalencia de desmedro, el cual se traduce en una talla baja en la edad adulta. La talla baja de las mujeres se relaciona con bajo peso al nacer de sus descendientes.
En la edad reproductiva, el bagaje nutricio de la mujer, se manifestará además en su desempeño biológico. Los niños nacidos de madres de baja talla tienen mayor probabilidad de tener bajo peso al nacer lo que aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad.
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