Inicio La diferencia entre abusos honestos y deshonestos

La diferencia entre abusos honestos y deshonestos

Por Lydia Cacho

«Son los policías quienes contribuyen directamente a un aumento de la criminalidad y amenazan con dejar a Seguridad Pública completamente fuera de control del estado.»

Beatriz Martínez (socióloga y criminalista, autora de «La Policía en México: orden social o criminalidad» ed. Planeta)

Durante meses, los hoteleros, restauranteros y un grupo de personas de los diferentes niveles de gobierno se unieron para crear un Pacto de Civilidad y un Comité de Coordinación Operativa de la Zona Hotelera, destinado a dar certeza y seguridad a las y los sping breakers, resguardar hasta donde es posible el marco legal, y sobre todo, cambiar el rostro de un Cancún que permite todos los excesos a cambio de tener una alta ocupación de adolescentes que vienen a gozar la vida.

Una joven turista de 20 años, con iniciales BTA, se equivocó; fue a la zona hotelera a beber unas copas y gozar de los centros nocturnos. Se equivocó al pensar que por sentirse un poco mal podría estar segura al acercarse a un par de patrulleros cuyos uniformes anuncian Policía Turística, cuyas patrullas vigilan y protegen a la juventud visitante de sí misma y de los maleantes.

La joven estadounidense, hija de un policía de Pensilvania, fue víctima de abuso sexual por parte de Raúl Suárez Osorio y Rubicel Córdova Santiago. Ella les solicitó ayuda para llevarla al Hotel Casa Maya, ellos se detuvieron con la joven en la playa desierta del CREA y allí la atacaron.

Al llegar al hotel, la joven pidió ayuda para acudir a denunciar a los dos policías, fue conducida al MP de la Zona Hotelera, allí la primera declaración aseguraba violación y tanto Quintanar, el Director de Seguridad Pública, un militar de carrera, como Leidy Campos, de la subprocuraduría de Justicia, lo corroboraron.

Para esa misma tarde el delito cambió a intento de violación y para la noche se declaró como «abusos deshonestos». Los dos acusados declararon haber cometido abusos deshonestos (lo repito porque es imprescindible comprender que cuando de abusar sexualmente de una mujer o niña se trata, las leyes misóginas han determinado que hay abusos que puede ser honestos y la violación sexual es sólo cuando hay penetración).

El abogado es ni más ni menos el defensor del reconocido asaltante Alejandro Chacón Mantilla. Este litigante que defiende ahora a los dos agentes declaró, como uno de sus más sólidos argumentos que «es clásico que las jóvenes extranjeras, ya en estado de ebriedad, buscan tener relaciones sexuales con cualquier persona, al regresar de la parranda se percatan y deciden interponer denuncia».

Más allá del evidente sexismo del abogado, hay un discurso machista que permea en las instancias de impartición de justicia. Discurso que asegura que las mujeres provocan, si beben, la ley no puede protegerlas y ellos, los hombres son animales irrefrenables fuera del marco de la justicia. Si una mujer pide ayuda a un par de policías y está sola, así como con unas copas encima, es culpable.

También la Iglesia apoya a los violadores, ya en el 2000 el mismísimo Cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, declaró que las mujeres violadas eran culpables por salir a la calle con ropa provocativa y movimientos sensuales. Carlos Monsivais le respondió «sólo falta que les pidan a las mujeres que salgan sin cuerpo para que no las violen».

Los líderes empresariales de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y hoteleros, incluso el mismo Alejandro Alvarado, director de turismo municipal, evidenciaron su enojo y frustración respecto al caso, que aún no se sabe que proporciones internacionales podrá adquirir.

Su frustración responde a la ardua planeación para que nada saliera de sus manos, para evitar delitos, abuso de drogas, alcohol y violaciones entre los mismos jóvenes ebrios; su preocupación es la mala imagen que esto dará a Cancún, los esfuerzos parecen infructuosos.

Pero nadie ha puesto el dedo en la llaga, ni el mismo director de Seguridad Pública el General Quintana: la joven se acercó a los policías a pedir que la llevaran, pues estaba en estado inconveniente, ellos, puestos allí para protegerla, la llevaron a una playa y admitieron haber cometido abusos deshonestos, a sabiendas de su impunidad implícita; misma que recibieron el camionero, los agentes de seguridad de un hotel cinco estrellas y el taxista que en años pasados violaron a jóvenes norteamericanas.

Queda claro que precisamos de un castigo ejemplar, nunca antes visto por violación a una mujer adulta en nuestro estado, y luego, evidenciar que quien debe proteger abusa de una mujer, de la ley, de su uniforme, de la credibilidad, de la consigna de su labor, por lo tanto es doblemente culpable.

Esperando el juicio allá van los dos ahora ex policías, convencidos de que ella les provocó la libido, son sus víctimas. Allá va su abogado, convencido de que las turistas, tal vez como él, no saben discernir entre los bueno y lo malo, entre desear a un hombre y «tirarse» al que se les pare enfrente.

Allá va Cancún, ocupado en las apariencias, ayudando a que las páginas web del Departamento de Estado de Estados Unidos anuncie a las mujeres que deben tener cuidado porque «en Cancún violan a las turistas», ahora, junto a la recomendación «nunca andes sola, siempre en grupo», alguien añadirá: «tenga cuidado de los policías mexicanos, si usted teme ser violada y por ello pide asistencia, no se acerque a la policía turística».

El juicio será determinante, nos dirá si el pacto de civilidad incluye los derechos humanos de las mujeres y de una vez por todas unirá a las y los empresarios contra la impunidad policíaca.

[email protected]

       
atención
información producida por cimac, comunicación e información de la mujer
disponible para periodistas y medios de comunicación impresos y electrónicos
por favor citen la fuente

El servicio informativo se realiza gracias al apoyo
brindado por las siguientes instituciones:
John D. and Catherine T. MacArthur Foundation, UNIFEM,
Partner of the Americas, Fundación Heinrich Böll,
GLAMS y The William and Flora Hewlett Foundation.

Este Web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerle una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios el usuario acepta el uso que hacemos de las cookies. Sin embargo, el usuario tiene la opción de impedir la generación de cookies y la eliminación de las mismas mediante la selección de la correspondiente opción en su Navegador. En caso de bloquear el uso de cookies en su navegador es posible que algunos servicios o funcionalidades de la página Web no estén disponibles. Acepto Leer más

-
00:00
00:00
Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00
Ir al contenido