La igualdad entre los sexos debe ser reconocida en la Conferencia de Financiamiento para el Desarrollo (FFD), y debe ser requisito indispensable para el crecimiento sostenible y la erradicación de la pobreza en el mundo.
Así lo establece el documento del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) presentado durante el primer día de trabajos de la Cuarta Sesión Preparatoria de la FFD que tendrá lugar en la ciudad de Monterrey en marzo.
«Si la toma de decisiones económicas mundiales no se ocupa de las mujeres, se opone a la erradicación de la pobreza y al crecimiento sostenible», señala, por lo que se propone que el documento final incluya de forma más decisiva las cuestiones de género.
El análisis del Unifem busca promover la igualdad entre los sexos como medio efectivo para luchar contra la pobreza, el hambre, la enfermedad, y estimular un crecimiento realmente sostenible, además de la práctica de la equidad, la transparencia y la rendición de cuentas.
Unifem establece que ha examinado el proceso y ha hecho aportaciones técnicas con base en el trabajo con grupos de mujeres que promueven que se escuche su voz y se promueva su participación en la toma de decisiones y en los asuntos económicos.
«Las mujeres quieren que las prácticas de las principales instituciones se supervisen y que se evalúen las políticas económicas de conformidad con los objetivos de desarrollo de la ONU, especialmente reducir la pobreza y, sobre todo la de la mujer. Además, que se cuenten con recursos suficientes que se puedan aplicar».
Las mujeres de todo el mundo buscan que ellas y la niñez tengan acceso a los recursos y a su consignación y control.
Se busca también que las políticas de gobierno, nacionales e internacionales consideren que el trabajo no pagado de la mujer y subvalorado, y la situación sanitaria, son costos escondidos que impiden lograr objetivos de desarrollo.
Asimismo, plantean el análisis de los proyectos presupuestarios de género, nacional, local e internacional, lo cual es parte del compromiso que los gobiernos hicieron en Pekín, así como la aplicación del compromiso de los países desarrollados a donar el 0.7 por ciento de sus ingresos para la financiación del desarrollo.
«Las mujeres somos las principales interesadas en la financiación para el desarrollo, que se promueva la erradicación de la pobreza, el desarrollo humano y respeto a los derechos humanos».
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