La jerarquía católica debe rendir cuentas sobre las denuncias que existen sobre los sacerdotes pederastas. Actualmente es una de las instituciones que no da cuentas a nadie, señaló hoy la directora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), María del Consuelo Mejía.
Aseveró que la solución del problema de los clérigos que abusan sexualmente de menores, no depende ni del cambio personal ni tampoco de remover al sacerdote a otra parroquia, sino de la revisión de su doctrina y sus estructuras.
En ese sentido, el cura Zenón Corrales Cabrera, actualmente párroco de Otumba, quien está acusado de abusar sexualmente de menores de edad en Nicaragua, sólo fue cambiado de lugar, en este caso de país.
De ello, el Grupo de Mujeres Venancia denunció el hecho el 7 de diciembre de 1998 ante la Comisaría de la Mujer y la Niñez de Matagalpa. Sin embargo, a pesar de que las autoridades tuvieron en sus manos las evidencias concretas del delito –semen y vello púbico– nunca fue capturado.
Las denuncias, publicadas en la revista Proceso 1389, contra Corrales Cabrera tuvieron una respuesta de la diócesis de Texcoco, la cual señaló que tales acusaciones «son falsas» y provienen de «grupos que no ven con buenos ojos la autoridad moral de que goza la Iglesia católica».
Para la directora de CDD, ésta es una prueba más de cómo la jerarquía católica resuelve este tipo de problemas. «Cambia de lugar a los sacerdotes que han cometido delitos, no sólo de tipo moral, sino del fueron común».
Dijo que en México se requiere realizar una investigación seria para saber cuántos casos como éste existen, pues no hay transparencia dentro de la estructura eclesiástica, ya que nunca informa de las acciones que realiza.
Además, es importante que las autoridades de la Iglesia católica colaboren con las civiles en los casos de abuso sexual para que no continúe la impunidad de sacerdotes que cometen esta clase de ilícitos en contra de menores de edad.
La única manera de que la sociedad se entere de estos abusos, reconoció, es por conducto de los medios masivos de comunicación, lo que permitirá deducir que existen muchos casos como el de Zenón Corrales, pues existe total hermetismo en la estructura eclesiástica para informar de los abusos sexuales que se cometen.
Hay una paradoja en la jerarquía católica, concluyó, pues mientras piden que no se les prohiba o excluya de participar en ámbitos electorales, «encubren ilícitos que cometen sus representantes».
2003/RGL/AR
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