La espalda es una interesante mezcla de símbolos y significados que las más de las veces desconocemos.
Para su estudio, diferentes propuestas de trabajo corporal (cartografía corporal) la dividen en espalda superior (zona que va desde los hombros hasta la base de los omóplatos), media (zona del plexo solar –tercer chakra o centro de energía—, y la región lumbar) e inferior (va del plexo solar hasta el coxis, al final de la columna vertebral).
Por ahora nos referiremos a la parte superior de la espalda.
Esta zona corresponde según Debbie Shapiro (Cuerpo mente. La conexión curativa, 1991) a la fase de desarrollo interno y personal del ser humano, en hombres y mujeres los problemas que se registren aquí tendrán invariablemente que ver con sentimientos y confusiones relativos a uno/a mismo/a, considera Shapiro.
La espalda superior se relaciona también con nuestra capacidad o incapacidad de expresión de la energía afectiva que se localiza en el chakra del corazón, al no encontrar una «vía de escape» –por ser ignorados o negados— se acumulan provocando odio y coraje reprimidos. Los músculos contraídos forman una coraza en esta parte afectando cuello, hombros y omóplatos.
Estos músculos están con frecuencia cargados de un enojo que iba inicialmente dirigido a uno/a mismo/a pero que se proyecta luego hacia los demás, dice Shapiro. En mujeres es frecuente que por esta razón aparezca la «joroba de la viuda», sobre todo en la tercera edad, una formación de tejido blando que se localiza abajo del cuello posterior (como un chipote). No es exclusiva de las mujeres también puede aparecer en hombres.
¿A qué se debe la «joroba de la viuda»?
Para Shapiro, parece ser que «representa una serie de sentimientos de enfado y rencor que aumentan por no encontrar un canal de expresión con el paso de los años. Esta dolencia se manifiesta a medida que envejecemos y la motivación o el objetivo de vivir va perdiendo empuje».
Una parte importa de la espalda superior son los hombros, tema de nuestra próxima entrega, por lo pronto observa en un espejo cómo estás desde esta parte de tu cuerpo, ¿aparece la «joroba de la viuda»?, si es así, ¿cómo te sientes con este descubrimiento?, no olvides anotarlo en tu Diario del Cuerpo.
*Periodista mexicana.
2004/BJ/SM