No hay necesidad de armas biológicas, bombas o ejércitos enteros para ocasionar muerte, en Chiapas las bombas atómicas adquieren forma de hospitales sin personal ni equipo médico y, como en toda guerra, las principales víctimas son mujeres, niños y niñas.
En este rincón sureño, el precio de ser mujer y madre se paga caro. Durante las diferentes etapas biológicas de la mujer y el proceso de embarazo pasan por varios campos minados: cáncer cérvico uterino, hemorragias durante el embarazo y pos parto, hipertensión durante el parto y el puerperio, edema, protanuria.
Déficit en el funcionamiento de los riñones, violencia física contra mujeres embarazadas, todo esto aunado a factores económicos, sociales y culturales propios de las entidades empobrecidas.
En Chiapas, la «muerte femenina» es aún muy alta a pesar de que en el Plan Estatal de Desarrollo de que la actual administración reconoce a la política de equidad de género como un eje transversal, y así lo asume el Instituto de Salud mediante su Programa Mujer y Salud (PROMSA).
Las cifras de muerte por cáncer cérvico-uterino demuestran las graves carencias que tienen las clínicas y hospitales públicos. Incluso el gobierno del estado ha reconocido esta realidad como un problema de salud pública y una expresión del rezago en salud en la entidad.
Se entenderá aquí al término mortalidad materna (MM) como aquellos decesos relacionados con el proceso reproductivo de la mujer durante el embarazo, antes, durante y después del parto.
En términos sociales la MM es considerada «un indicador que refleja el estado de salud de la población y el grado de desarrollo alcanzado en cada región» (Sedesol 2000) y también «uno de los indicadores más importantes de desigualdad social e inequidad de género en nuestro estado» (Instituto de Salud de Chiapas, 2002).
PRIMER CAMPO MINADO: CANCER CERVICO UTERINO
El cáncer cérvico uterino es la primer causa de muerte en Chipas ocasionando que cada semana mueran cuatro mujeres mayores de 25 años, hecho que coloca al estado en el primer lugar a nivel nacional en la tasa de mortalidad por ese mal.
Así lo afirma el ginecólogo obstreta colposcopista y miembro activo del Colegio Mexicano de Colpocopistas Paul Demóstenes, quien afirma en enrtrevista que en Chiapas se ha vivido una «regresión» en cuanto a la incidencia de muertes por esa causa.
En 1999 se registraba una tasa de mortalidad de 19.3 por ciento de mujeres mayores de 25 años por cada 100 mil, mientras que en el 2001 el dato fue de 28.4 por ciento de mujeres de la misma edad por cada 100 mil, que morían por ese mal.
Por su lado, el Instituto de salud de Chiapas asume que este padecimiento «constituye la primera causa de mortalidad por neoplasias malignas en las mujeres de 25 años y más y representa un problema de salud pública» (Comparecencia del Secretario de salud ante el Congreso del Estado, 2002).
Además reconoce que en la entidad fallecen 208 mujeres por ese mal anualmente, aunque señala también que durante los 10 años anteriores la muerte por esa causa ocupó el séptimo lugar a nivel nacional con una tasa de 19.29 muertes por cien mil mujeres en el grupo de 25 años.
«En el 2001 ocurrieron 241 muertes por cáncer cérvico uterino; en el presente año (2002) se tiene registradas 190 muertes con una variabilidad a la baja del 21%».
2003/VVS/MEL
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