La Mutilación Genital Femenina (MGF) es el nombre que designa las diferentes práctica tradicionales que implican el corte de los genitales femeninos y que consiste básicamente en la extirpación del clítoris de una niña o de una mujer de manera parcial o total, así como la incisión de los labios menores de la vagina para luego coserlos y dejar sólo un orificio para la salida de la orina.
La cliterodectomía, una forma de MGF, se practicaba en Europa durante los siglos XVIII y XIX para «curar» la histeria y la epilepsia en las mujeres. En Inglaterra, Estados Unidos y Alemania se utilizó para evitar la masturbación.
La absurda creencia popular supone que las niñas y las mujeres mutiladas no serán infieles a sus maridos. En algunas comunidades, incluso, es un requisito para el matrimonio.
En la mayoría de los casos, este tipo de prácticas se realizan contra niñas de entre cuatro y ocho años utilizando objetos punzo cortantes tales como cuchillos, pedazos de vidrio o navajas sin previa anestesia y sin ninguna disposición médica o sanitaria.
Según el Comité Interafricano sobre Prácticas Tradicionales que Afectan a Mujeres y Niños, (IAC por sus siglas en inglés), en todo el mundo cada año dos millones de niñas y mujeres se enfrentan al riesgo de ser mutiladas en ceremonias en las que participan sus propios familiares.
De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), entre 100 y 130 millones de mujeres ya sufrieron alguna mutilación genital durante su infancia
A pesar de que los países que siguen llevando a cabo la MGF, justifican esta práctica como una tradición, para las y los especialistas en el tema, esta costumbre tiene como objetivo la subordinación de las mujeres, el control de su cuerpo y su sexualidad, la eliminación del placer y la supervisión de la virginidad.
Actualmente, la MGF se lleva a cabo en 28 países africanos donde Somalia encabeza la lista con 98 por ciento de las mujeres sexualmente mutiladas, seguida de Egipto con 97, Eritrea y Etiopía con 90 por ciento.
De acuerdo con el grupo privado Médicos del Mundo, la MGF también se practica en algunos países del Medio Oriente como Yemen y Omán, además de India y Pakistán.
Aunque el procedimiento para llevar a cabo esta mutilación varía de un país a otro, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la agrupa en cuatro categorías.
La clitoridectomía es la extirpación parcial o total del clítoris; la escisión es la extracción del clítoris junto con la escisión parcial o total de los labios menores; la infibulación es la extirpación parcial o total de los genitales externos, implica también la sutura o parcial o total de la vagina.
Por último, la OMS explica que están todos los demás procedimientos que impliquen extirpación total o parcial de los genitales femeninos o las lesiones de los órganos genitales, ya sea por razones culturales o por cualquier otro argumento no terapéutico.
Las consecuencias de la MGF van desde las secuelas físicas como las hemorragias, infecciones crónicas, esterilidad, complicaciones durante el embarazo o el parto, hasta la muerte.
Para combatir esta expresión de violencia contra las mujeres, varias organizaciones internacionales entre ellas la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han hecho llamados urgentes para que los gobiernos eliminen dicha práctica, e incluso, en algunos países occidentales, se considera un delito.
2005/MP/SJ