«La paridad de género está en el núcleo de la gobernabilidad democrática», asegura la doctora Najma Heptulla, presidenta del Consejo de la Unión Interparlamentaria (UIP), que engloba a legisladores de 142 países alrededor del planeta.
Sin embargo, con un modesto 14.3 por ciento de legisladoras en el mundo, esta equidad entre mujeres y hombres promovida por la UIP parece lejana, afirma el estudio comparativo 2002 de la organización sobre las mujeres en los parlamentos; «el mundo todavía no se recupera de la enorme caída en el número de legisladoras, resultado del colapso del sistema comunista en los años noventa», apunta el documento.
El punto más bajo de representación ocurrió en 1995, cuando solamente había 11 mujeres en cada 100 curules del globo.
Este año, comparado con los resultados de los pasados cinco años, Europa del Este dio un gran salto en tres países: Bulgaria aumentó en 15 puntos porcentuales su representación, Polonia 7.2 puntos y Moldavia cinco puntos; lo que indica que «las mujeres y el electorado superaron el trauma post 1989.»
En el caso de los países árabes, donde ellas ocupan apenas cinco de cada 100 escaños en promedio, algunas políticas parecen alentadoras; por ejemplo el referendo en el reino de Bahrain donde este mes las mujeres votarán y serán votadas por primera vez, lo mismo que Djibouti, donde por primera vez tendrá curules la población femenina.
La medida más interesante en el mundo musulmán, de acuerdo con la UIP, está en Marruecos y Niger, donde aseguran que 10 de cada 100 legisladores son mujeres.
FALTAN MUJERES
Por el contrario, las mayores pérdidas este año se registraron en Bangladesh, donde las mujeres pasaron de nueve por ciento de representación legislativa a dos por ciento cuando terminó el periodo de cuotas electorales que garantizaba 30 curules.
Igualmente faltan más mujeres para presidir sus parlamentos. Solamente 24 de 244 presidencias tanto de las cámaras altas como bajas están ocupadas por mujeres: éstas ocupan la presidencia de ambas cámaras en Antigua y Barbuda, Belice, Jamaica, España y Sudáfrica.
En América, el promedio de representación femenina en las cámaras oscila entre 13 y 15.9 por ciento.
CUOTAS ELECTORALES Y REPRESENTACIÓN EN MÉXICO
En el caso de México, nuestro país este año se sumó a la lista de 34 naciones que establecen medidas legislativas para promover un mayor número de escaños para la población femenina; esto al consignar en su ley electoral una representación de candidaturas titulares de 70/30 integrantes de cada género.
No obstante Francia lleva hoy la delantera en este sentido, puesto que sus leyes establecen la paridad ya que en sus listas de candidaturas ningún sexo puede superar en número al otro.
Las investigaciones de la UIP asientan que de las 500 curules que hay en la Cámara de diputados federal mexicana, 80 están ocupadas por mujeres; es decir, 16 por ciento. En tanto de las 128 integrantes del Senado de la república, 15.6 por ciento son mujeres. Por ello México ocupa el lugar 35 de la lista mundial.
Con tales porcentajes de representación México queda debajo de todos los países nórdicos, de Alemania, Sudáfrica y España.
En cuanto a los países latinoamericanos, nuestro país está por debajo de Cuba (en el lugar 12 con 27.6 por ciento de representación en la Cámara baja) y de Argentina, que se encuentra actualmente en el lugar 15 por su 26.5 por ciento de diputadas.
Asimismo queda por debajo de Costa Rica, que cuenta con 19.3 por ciento de diputadas, y un lugar después de República Dominicana.
MAYORES BENEFICIOS
La UIP establece que las mujeres en la política benefician a sus sociedades ya que participan con preocupaciones distintas y una mayor sensibilidad social.
Quizá por esa razón es por lo que la encuesta Política de la agudeza de las mujeres, elaborada por la UIP en el 2000, testifica que son soluciones y no poder lo que buscan en la política una buena parte de las 187 funcionarias o parlamentarias entrevistadas.
La investigación concluye que en todo el mundo son ellas las que jerarquizan mejor las condiciones y necesidades para sus congéneres; al igual que en el desarrollo sustentable, la lucha contra la pobreza, la educación, la salud y el avance de los derechos humanos.
Prueba de ello es que la erradicación de la violencia intrafamiliar está en casi todas las agendas legislativas representadas ante la UIP: organización de intercambio legislativo más antigua del planeta, fundada en 1889 con sede en Ginebra.
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