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La política de terror no nos venció: mujeres de Atenco

Por Lourdes Godínez Leal

Ha pasado un año de los operativos en San Salvador Atenco y Texcoco y sus sobrevivientes, las mujeres violadas y abusadas sexualmente por los policías, continúan pagando los costos económicos y emocionales de un suceso que les marcó la vida para siempre.

Presas en el penal de Santiaguito, algunas tuvieron que pagar una fianza por 14 mil pesos para obtener su libertad, una libertad que, aseguran, nunca debió arrebatárseles porque ellas no hicieron nada.

ANA MARÍA

Es el caso de Ana María, quien a un año de los hechos no ha podido olvidar lo que le ocurrió el 3 de mayo cuando fue detenida en Texcoco, junto con su hermana y su cuñada.

«Iba a hacer mis compras al mercado porque era el día de la Santa Cruz y mis compadres vienen a visitarnos y en eso veo que empieza todo el relajo, los policías empiezan a golpear gente y a echar gas, yo iba con mi hermana y mi cuñada. Y lo que hicimos fue meternos a la casa donde todos se estaban metiendo. Ahí estuvimos desde como las 7 y media de la mañana hasta como las 5 de la tarde, que fue cuando nos detuvieron a nosotras».

Ana María permaneció en Santiaguito 10 días, porque fue liberada bajo caución el 13 de mayo. Su «libertad» le costó 14 mil pesos. Fue acusada de secuestro equiparado y ataque a las vías de comunicación. El primer cargo fue «retirado», por el segundo pagó la fianza y cada 15 días tiene que acudir a las audiencias en Santiaguito.

«Las audiencias son muy cansadas. Vivo en Texcoco y de aquí me tengo que trasladar a Santiaguito, en Toluca, hago 3 horas de ida y 3 de vuelta y aparte el tiempo que estamos ahí (en el penal) porque nos citan desde temprano, a veces estamos todo el día y nos hacen firmar la asistencia hasta las 10 u 11 de la noche».

«Lo que yo pasé no se lo deseo a nadie, todo lo que me hicieron, lo que una pasa no se olvida. Trato de sacarlo, que ya no me perjudique pero no es fácil, la vida me cambió mucho».

Ana María fue abusada sexualmente por los policías, por lo que interpuso denuncia ante la Fiscalía Especial para Delitos Violentos contra las Mujeres (Fevim), pero se mantiene escéptica sobre la justicia y el castigo a sus agresores.

«Siento que no nos van a hacer justicia y que será un caso más que ya pasó y se olvida, pero yo no lo voy a olvidar».

YOLANDA

Yolanda es viuda, tiene 5 hijos y vive en Texcoco. Fue detenida el 3 de mayo junto con uno de sus hijos cuando se dirigía a su trabajo, los policías también abusaron sexualmente de ella.

«Los policías agarraron parejo. Yo iba a mi trabajo con mi hijo. Mi hermana tiene un puesto cerca del mercado. Para pasar a donde yo trabajo está el Belisario, que es donde fue el enfrentamiento. Cuando empezaron a golpear y detener, nosotros retrocedimos con la gente porque ya toda la fuerza policiaca venía sobre la gente. Nosotros quedamos atrás y estaban golpeando muy fuerte. Tratamos de salir por otra calle y nos metimos a la casa donde se estaban metiendo todos, pero nosotros no esperamos nada de lo que pasó».

Yolanda obtuvo su libertad bajo fianza junto con otras mujeres, el 13 de mayo, pagó 14 mil pesos y no obstante que su hijo era menor de edad, tuvo que pagar una fianza de 20 mil pesos para que lo dejaran en libertad, dinero que a la fecha sigue pagando.

Asesorada por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Yolanda interpuso una denuncia ante la Fevim.

«No hemos visto ningún avance. Cuando la fiscal vino a Texcoco inclusive hicimos una reunión en casa de una de mis hermanas. Ahí se comprometió a darle solución y no hemos visto nada, no hay respuesta y si la hay es siempre la misma, que no han avanzado, que faltan algunas cosas de la investigación y aunque ella tenga la intención de hacer algo sabemos que no va a poder porque dependen del gobierno».

Y agrega; «emocionalmente estoy resentida contra la policía, no puedo uno estar tranquila, cada vez que veo un policía no puedo evitar verlos mal, porque ver a tantas compañeras que fueron violadas, esa gente no creo que tenga principios para golpear y violar a las mujeres de esa forma».

MAGDALENA Y ALFREDO

Alfredo Desiderio es esposo de Magdalena Durán, la mujer de origen mazahua que fue detenida el 4 de mayo y que continúa presa en el penal de Santiaguito.

«Pues ha sido muy difícil todo el proceso, pero creo que la confianza de una pareja y la vida que uno lleva con ella da fuerza sobre todo para defenderla en donde está. Un lugar que el Estado mexicano (usa) reprimiendo a los pueblos indígenas, pero no hay de otra sino estar de pie.

«Yo tengo una pareja de más de 30 años de convivio, que ahorita no sería bien abandonarla en el lugar donde está y eso es lo que me da fuerza. Con el tiempo que llevo con ella me da fuerza, en ningún momento he dejado de luchar para su liberación».

PATRICIA

Patricia participó en el encuentro de Mujeres en Resistencia, realizado la semana pasada en Oaxaca, ahí advirtió convencida que «pese a la política de terror no nos vencieron, seguimos luchando por la libertad, ellos los asesinos, los torturadores, no pudieron arrebatarnos este anhelo».

TRINIDAD

Doña Trini, como la conocen y la llaman en su comunidad, es madre de América del Valle, quien es encuentra escondida, porque de otra forma hubiera corrido la misma suerte que las demás mujeres de Atenco.

Doña Trini, en su mensaje para las Mujeres en Resistencia, señala: «yo como madre, esposa, compañera, lucho y lucharé día y noche hasta lograr la libertad de mi esposo, hijos, compañeras y de mi pueblo.

«Mientras tenga coraje, memoria, firmeza, claridad, dignidad y decisión, seguiré luchando por ellas y ellos, los presos y perseguidos y para que las familias que tuvieron que salir del pueblo obligadas por la persecución del gobierno, se reincorporen a él».

ELLA

Ella prefiere mantenerse anónima, pero da su testimonio: «Yo fui detenida el 4 de mayo en San Salvador Atenco al acudir a hacer unas compras a la tienda, únicamente por pasar por la plaza principal, ese fue mi delito. Detuvieron a toda persona que se encontraba a su paso, fui encarcelada en el penal de Santiaguito. Estuve detenida 15 días».

Sigo en la lucha y seguiré porque no sólo nací para criar hijos y ser ama de casa, he aprendido a buscar mas formas de defensa y no me retiraré de la lucha social».

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