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La práctica taoísta de la alquimia femenina

En la entrega pasada hablamos del orgasmo no satisfactorio como una fuente de neurosis en los seres humanos, según la hipótesis de trabajo en psicoterapia corporal de Wilhem Reich, que se refleja mediante hábitos corporales y actitudes como tensiones y contracturas en el cuerpo físico a la que llamó «coraza caracterológica».

Para Reich, la existencia de bloqueos dificulta en la persona el libre fluir de la energía orgónica –energía sexual o libido, como la llamó Freud— y es la causa del síntoma neurótico, señalamos.

Con relación a la energía sexual, en esta ocasión hablaremos de otra propuesta que la toma en cuenta y trabaja como una fuente de alimento y crecimiento en el ser humano: el Sistema Tao Curativo, del que ya hemos escrito aquí en otras ocasiones, el cual integra una serie de prácticas taoístas milenarias.

Como lo indicamos en su momento, el masaje de senos, la respiración ovárica, el ejercicio del huevo de jade, acompañados de una serie de ejercicios de Tao Yin, y el entrenamiento básico de Tao Curativo, sistema difundido en el mundo por el maestro de origen tailandés Mantak Chia a través de varias decenas de libros, talleres, conferencias y cursos, son las bases para desarrollar esta propuesta.

En la columna del 4 de noviembre de 2008, expusimos cómo en la alquimia femenina taoísta el trabajo empieza en los senos, ya que son el lugar donde se encuentra el «yin verdadero» –aliento vital y producción de secreciones– de ahí la importancia de que las mujeres estimulen el movimiento de la energía en esta zona con un masaje que permitirá, de manera tenue y suave, que circule «el aliento vital» que ahí se encuentra.

La otra parte que complementa este trabajo, es la respiración ovárica, una práctica en la que se aprende a liberar y almacenar la energía yang que se encuentra en el «palacio sexual»: ovarios y vagina.

Con el huevo de jade dentro de la vagina, se realizan una serie de contracciones mejorando su tonicidad, y se aumenta la circulación de la sangre por los órganos sexuales, una forma de prevención de posibles enfermedades que podrían presentarse por el estancamiento de la energía en esta zona.

Con relación al útero, el lugar primordial donde anida la identidad profunda de toda mujer, en los clásicos taoístas de alquimia interior a este órgano se le considera el «crisol» donde se lleva a cabo el proceso alquímico.

En nuestra cultura, se ha impuesto el modelo masculino para alcanzar el orgasmo, considerándolo como una meta y privilegiando el contacto genital por encima de la relación y el encuentro erótico.

De ahí que para muchas mujeres –y para muchos hombres– «llegar» al orgasmo, sea una angustiosa presión para «cumplir» con lo que se espera de la persona, y es una forma en que la energía vital liberada por el placer hacia fuera, se pierde hacia el universo.

En contraste, el taoísmo propone otra clase de experiencia sexual, en donde la fusión de las energías de órganos y glándulas, junto con una energía sexual altamente refinada, se crea la energía orgásmica: en vez de la forma hacia fuera se aprende a llevarla hacia dentro para incrementarla, reciclarla y refinarla.

En vez de un ascenso sostenido que culmina en la explosión de energía del orgasmo común, a medida que las mujeres se van sensibilizando y adquieren maestría en la práctica de la alquimia femenina taoísta (masaje de senos, respiración ovárica, huevo de jade), podrá llegar más allá del orgasmo a lo que la terminología taoísta llama «valle del orgasmo».

Una experiencia para llegar a un reino de placer nuevo y desconocido, que para quienes la han vivido es: un «dejarse estar» en el océano de energía orgásmica cuyas olas no tienen fin.

La práctica taoísta de la alquimia femenina se aprende luego del entrenamiento básico del Sistema Tao Curativo: la meditación de la Sonrisa interior, los seis sonidos curativos (con cada uno de los órganos vitales: pulmones, riñones, hígado, corazón y bazo) y la órbita microcósmica.

Una propuesta que ya se enseña en México, con instructoras e instructores certificados por el maestro Mantak Chia, que tiene como base la práctica de ejercicios de Chi Kung de pie y sobre el piso.
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* Periodista mexicana, narradora oral, facilitadora de grupos, terapeuta con Enfoque Centrado en la Persona y Gestalt, instructora asociada de Tao Curativo.

10/CV/LR/LGL

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