La ratificación en México del Protocolo Facultativo de la Convención contra todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer (CEDAW) constituye un logro para las mexicanas por darles la opción de denunciar violaciones a sus derechos ante la ONU. Pero también es un logro para el movimiento de mujeres en el mundo, coincidieron especialistas.
Con la aprobación del Protocolo, hoy en el Senado de la República, México se convierte en el país 29 en aceptar la autoridad de 23 especialistas del Comité de CEDAW, con sede en la ONU, para hacer recomendaciones sobre casos particulares o colectivos sobre discriminación de género en el país.
«El protocolo es un instrumento que refuerza la lucha de las mujeres en la arena nacional e internacional, porque reta el avance del conservadurismo en el mundo y la tendencia de los gobiernos a seguir la línea dictada por el Congreso de Estados Unidos, que se opone a la CEDAW», explicó la presidenta de Consorcio para la Equidad y el Diálogo Parlamentario, Pilar Muriedas.
Las diferencias al interior del Senado para acordar un dictamen en torno al Protocolo, van más allá de los intereses partidistas y responden a la lucha de los grupos conservadores por lograr un retroceso en los derechos de las mujeres, especialmente sobre su sexualidad y autonomía, señaló en entrevista la fundadora de Defensoras Populares, Teresa Ulloa.
La ratificación se logró gracias al empuje del movimiento amplio de mujeres en México, del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y con el apoyo del movimiento internacional por la justicia de género, explicó Ulloa, quien coordina también la Campaña Nacional «Los derechos de las mujeres no son opcionales».
Esta campaña busca concientizar a la población mexicana sobre los 24 puntos que establece la CEDAW contra la discriminación femenina, por lo que Ulloa vislumbra la posibilidad de atraer la atención sobre el Protocolo, capacitar a la población abierta y, de manera particular, a integrantes del Poder Judicial.
Las senadoras que consensuaron la ratificación del Protocolo de CEDAW, destacaron a lo largo de su exposición el papel protagónico de las mujeres de la sociedad civil y gobierno. Entre las oradoras estuvieron la presidenta de la Comisión de Equidad y Género del Senado, Susana Stephenson, así como las senadoras Aracely Escalante, Leticia Burgos y Lucero Saldaña.
Muriedas y Ulloa coincidieron también en que 20 años después, las recomendaciones hechas al gobierno mexicano por la CEDAW desde la ONU no son implementadas, por lo que esperan que este instrumento obligue a las autoridades a tomar cartas contra casos específicos de violación a derechos humanos de la población femenina.
| |
disponible para periodistas y medios de comunicación impresos y electrónicos por favor citen la fuente |
