El tema de las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo es un asunto crucial en el sistema presidencial porque este aspecto institucional y la lógica que lo rige supone al mismo tiempo la separación e independencia de los poderes y la colaboración entre ambos, porque ambos poderes son electos por un periodo fijo y disfrutan de una representatividad democrática en una doble legitimidad.
Porque la libertad del votante implica la posibilidad de que su preferencia electoral se traduzca en gobiernos de mayoría o en gobiernos divididos. Aunque la buena marcha del gobierno depende de la participación de ambos poderes, conjugar el pluralismo con el arreglo institucional es un conflicto real del sistema.
En los tres años del ejercicio de la Legislatura que concluye, las y los senadores aprobamos doscientas diez leyes y decretos reflejando los consensos entre los diversos partidos políticos que conforman la llamada Cámara Alta.
Leyes como la de Desarrollo Rural Sustentable, de Desarrollo Social, de Biodiversidad, de Salud, de Transparencia y Acceso a la Información Pública, el Servicio Civil de Carrera, y las relacionadas en materia indígena, son algunos ejemplos de que no hay parálisis legislativa.
Un total de 532 horas de debate legislativo en 160 sesiones el Senado mexicano en la LVIII Legislatura aprobó 184 leyes y decretos, de los cuales, 51 fueron iniciadas por el Poder Ejecutivo y 133 se gestaron por iniciativa de las y los legisladores; se realizaron 3 modificaciones a la Constitución Política.
Se aprobaron 84 instrumentos internacionales; se ratificaron 98 nombramientos diplomáticos; se aprobaron 225 Proposiciones con punto de acuerdo, y se realizaron 94 comparecencias con funcionarios federales con lo cual se establece un diálogo entre los poderes de la Unión.
Si bien la producción legislativa no puede ser medida únicamente en términos cuantitativos, es importante que la sociedad conozca de las cualidades y contenidos de las tareas que el Senado ha realizado más que quedarnos en cantidades.
El Desarrollo Social en materia de salud, del campo, el Instituto de las Mujeres, las acciones afirmativas en materia electoral para garantizar mayor representación femenina en los próximos cinco procesos electorales; la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores y el nuevo marco normativo que permitirá garantizar los beneficios de la cultura física y el deporte.
En materia de combate a la delincuencia organizada, se aprobaron leyes que tienen por objeto regular diversas actividades ilícitas que dañan a nuestro país, como son el lavado de dinero y el narcotráfico, y la actualización de marcos normativos en materia penal con la finalidad de incorporar nuevos delitos a los que la sociedad se encuentra expuesta día con día.
Construir consensos y acuerdos que permitan trabajar en armonía y en beneficio de un motivo común con la conducción política que han logrado los representantes de todas las fuerzas políticas que conviven en la Cámara de Senadores y a ello se pueden sumar un mayor número de asuntos en los que ha prevalecido el bien mayor que es la responsabilidad y el compromiso social.
El papel relevante del Senado en la vida nacional nos permite afirmar que en la siguiente legislatura el trabajo de esta Soberanía será representativo para asegurar la gobernabilidad, con lo que debemos profundizar en los mecanismos que debemos disponer para lograrlo porque la gobernabilidad pasa por el fortalecimiento del Congreso para ser un órgano actuante, capaz de asumir las responsabilidades como un órgano profesional y profesionalizado.
* Sernadora por el Partido Revolucionario Institucional y presidenta de la Comisión Especial del 50 aniversario del Voto Femenino. Correo: [email protected]
Web: 50aniversario.senado.gob.mx
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