Tras la decisión del presidente George W. Bush de retirar 34 millones de dólares para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (FNUAP), la Unión Europea asignó una partida extra de 32 millones de euros (aproximadamente la misma cantidad en dólares) para cubrir la brecha provocada por Estados Unidos.
La decisión del gobierno estadunidense es lamentable y contraproducente, aseguró el comisario de ayuda humanitaria, Poul Nielsen, quien agregó que la medida de recortar fondos para el FNUAP puede producir más embarazos no deseados, abortos inseguros y con ello aumentar el peligro para las madres y los niños.
A decir del propio FNUAP, el recorte impediría prevenir dos millones de embarazos no deseados, más de 800 mil abortos, cinco mil muertes maternas y más de 77 mil defunciones de niños y niñas.
Con el apoyo de 32 millones de euros (aproximadamente 32 millones de dólares), la Unión Europea refuerza la salud reproductiva y sexual de 22 países en desarrollo. El proyecto se llevará a cabo junto con el Fondo de Población de Naciones Unidas y la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF, en ingles), explicó el vocero.
En nuestra opinión, el trabajo que hacen tanto el FNUAP como la IPPF es parte de la solución y no del problema, aclaró el comisario Poul Nielsen mediante un comunicado de prensa, «millones de mujeres pobres, marginadas y abusadas en este mundo necesitan nuestro apoyo», declaró.
Los objetivos del programa consisten en asistir a los países en salud pre y posnatal, planificación familiar, prevención y tratamiento de enfermedades de trasmisión sexual, así como información a jóvenes sobre abortos inseguros y embarazos no deseados.
La mayoría de los 22 países –entre los que se encuentran Republica Dominicana, Jamaica y Haití– son de los más pobres del mundo en términos de desarrollo, con una mortalidad materna de entre 500 y mil 800 mujeres por cada cien mil partos.
Como se ve, la decisión de Estados Unidos muestra nuevamente las grandes discrepancias entre la Unión Europea y la administración del presidente George W. Bush sobre sus políticas internacionales.
Otros de sus desacuerdos son por el Tribunal Internacional de Justicia y el protocolo de Kyoto, expresa el comunicado.
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