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La verdad oculta, prostitución en Poza Rica

Por Alma Celia San Martín*

No es una mentira. Es una realidad que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno han querido minimizar, a pesar de las demandas y protestas ciudadanas. Es un hecho y está vigente, con motivos diversos en su origen: es la prostitución de mujeres y hombres en Poza Rica, una de las ciudades petroleras más importantes de México.

Hace algunos años, las mujeres y hombres dedicados a este oficio demandaban que se les dejara de extorsionar, no solamente por los elementos de la Policía Intermunicipal Poza Rica-Tihuatlán-Coatzintla, sino por sus propias parejas o explotadores, quienes les exigen dinero a cambio de una supuesta protección.

En el trienio pasado, un grupo de no menos 20 mujeres se presentaron ante la entonces regidora de Salud y Derechos Humanos, Lorena López Velásquez, para pedirle su intervención a fin de que dos policías las dejaran de acosar y extorsionar.

Hoy reclaman lo mismo: que las dejen trabajar para solventar sus problemas económicos, porque muchas y muchos son cabezas de familia.

En ese momento se hicieron las gestiones necesarias para evitar que se les continuara extorsionando. Inclusive la Jurisdicción Sanitaria intervino y les ofreció la realización de exámenes médicos para cuidar su salud. Esto sólo fue un paliativo, con el tiempo la intención quedó en el olvido y a las autoridades sanitarias y del Hospital Regional también se les olvidó, pues representa menos carga de trabajo.

A más de tres años de estas buenas intenciones, la situación continúa siendo la misma: las mujeres siguen ocupando las calles y banquetas del centro de la ciudad, buscando un cliente y evitando a toda costa que la policía no las moleste, porque si esto sucede tendrán que dejar ahí cuando menos el pago que les han hecho dos o tres servicios. De otra manera son encerradas en una celda del cuartel general.

No hay reglamentación, no hay cifras, no hay sitios para ejercer el oficio, cualquier espacio es bueno aunque las mujeres, en su mayoría de más de treinta años, se han ido acomodando en las colonias Ricardo Flores Magón, Tajín y Obrera, todas en el centro de Poza Rica.

Están conscientes de la incomodidad que generan entre la población, pero no hay espacios adecuados para trabajar, aseguran ellas mismas, quienes señalan que son agredidas verbalmente por las y los transeúntes.

Al norte de la ciudad, en el lugar denominado Garibaldi, homosexuales vestidos de mujeres caminan entre las puestos de tacos, borrachos y músicos que se disputan a los clientes. Ese es su ambiente laboral, de donde surge algún cliente con el que se van.

PROSTITUCIÓN POR LUJOS

Un fenómeno reciente es la prostitución de mujeres y hombres de no más de 17 años de edad, quienes provienen de una familia sin muchos problemas económicos, pero que desean dinero para adquirir ropa de moda y otros productos caros, pero también como una forma de penetrar en experiencias «prohibidas».

Otra forma de la prostitución entre las jóvenes, se sabe, ocurre en los antros y discotecas. Llegan ahí las mujeres en compañía de su pareja, quien las lleva a un lugar apartado del resto de la concurrencia y les dicen que regresan en un momento. Debido a que han bebido en exceso o se han intoxicado con otras sustancias, no reconocen que quien regresa no es su pareja, sino otra persona, con quien tienen relaciones sexuales. Las autoridades simplemente callan.

Hay también prostitución en espacios ad hoc, en negocios situados en una colonia de clase media, céntrica. Pero las autoridades tampoco dicen nada y los dueños ni siquiera son molestados por ellas. Así que, para los vecinos, es mejor no quejarse.

LA PROMETIDA ZONA DE TOLERANCIA

Alguna vez, durante la administración municipal de Poza Rica del empresario hotelero Jorge José Elías Martínez, se anunció con bombo y platillo la apertura de la zona de tolerancia en un terreno que seria donado por el líder de colonias en Coatzintla Benjamín Reyes Hidalgo, luego de que le autorizaron crear la colonia Salvador Allende en los límites de Poza Rica y Coatzintla.

Se habló de 5 hectáreas que iban a ser utilizadas para instalar las cantinas, bares, centros nocturnos y otros establecimientos. Ahí trabajarían las y los prostitutos. Pero no sucedió nada, el proyecto solo quedó en un sueño. Y la actual administración ni con buenas intenciones se ha comprometido y hace oídos sordos. Y cómo no, si el alcalde de esta petrolera ciudad gusta de ir a fiestas y celebraciones, seguido por su séquito.

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* Periodista en el estado de Veracruz, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Perspectiva de Género.

07/ACSM/GG/CV

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