Pellizcos, tirones de cabello, insultos, chantajes, descalificaciones hasta agresiones sexuales –-incluida la violación–, son manifestaciones de la violencia en el noviazgo, que puede extenderse al matrimonio y en el peor de los casos, derivar en la muerte de mujeres.
Sondeos realizados entre la población joven del Distrito Federal y residentes del albergue para las mujeres que viven violencia familiar muestran que las agresiones entre parejas tienen sus orígenes en el noviazgo.
Lorena Estrada González, jefa de la unidad del área de Formación para la Igualdad de Oportunidades responsable del Programa de Prevención de la Violencia en el Noviazgo del gobierno capitalino, informó que son las mujeres las principales receptoras de la violencia, agresión que inicia desde sus primeras relaciones con los hombres.
Exigir «la prueba del amor» constituye una de las principales formas de violencia que los jóvenes ejercen sobre sus «novias», quienes finalmente aceptan sostener relaciones sexuales, aún en contra de sus deseos.
Un testimonio de una joven de la delegación Xochimilco revela que a sus 15 años de edad fue obligada por su pareja y bajo amenazas a sostener relaciones sexuales, pues de lo contrario sus padres se enterarían de que la joven había perdido su virginidad.
¡TAPATE QUE PARECES P….!
«Me puse un short , me sentía muy bien porque había adelgazado y mi pareja me dijo que parecía prostituta. Me tomó fuerte de los brazos y me jaloneó», es el testimonio de Mirna.
Mientras que María de 21 años, advierte: «mi novio se enojaba por cualquier cosa y empezaba a gritarme e insultarme en la calle y a golpear las paredes con los puños. Me jalaba el pelo y me pellizcaba hasta que un día me dejo un ojo hinchado».
En el noviazgo, –dice Lorena Estrada–, es difícil percibir la conducta violenta, por quienes la reciben, en su mayoría mujeres, ni por quienes la ejerce, — los hombres–, porque se confunde con una expresión de amor e interés.
Por «amor», las mujeres toleran el maltrato confiadas en que algún día su pareja cambiará. La violencia en el noviazgo pasa desapercibida también porque el maltrato se asocia a las parejas casadas y con hijos.
Así la violencia adopta diferentes expresiones desde la ofensa verbal hasta el homicidio. En el noviazgo la violencia puede adoptar múltiples rostros: insultos, gritos, amenazas, empujones, puntapiés, intimidaciones, castigos, sometimiento, bofetadas puñetazos y agresiones con armas.
La violencia es un problema social de gran impacto que atraviesa fronteras raciales, de edad, religiosas, educativas y socioeconómicas, es un fenómeno que lesiona los derechos de los seres humanos y muestra de forma nítida la opresión de género; por lo que se hace común la discriminación, ridiculización, los golpes, violaciones y abusos.
La propuesta del programa de prevención de la violencia en el noviazgo es crear conciencia entre la población joven para que identifiquen el problema así como reeducar a este sector de la población para que puedan relacionarse con base al respeto de la pareja, con lo que además se pretende disminuir los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, incluida el vih/sida.
VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS
Hasta ahora el programa opera en las delegaciones Gustavo A. Madero –donde se han presentado reportes de jóvenes que agreden a sus parejas dentro de las escuelas–, Atzcapozalco, Coyoacán, Cuauhtémoc, Coyoacán, Iztacalco, Miguel Hidalgo, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco.
Es de mencionar que actualmente en el Distrito Federal existen dos millones 639 mil personas jóvenes que representan el 30 por ciento del total de la población capitalina.
Con la finalidad de poner a la luz pública el fenómeno de la violencia en las relaciones de noviazgos, adolescentes y jóvenes, el próximo sábado 15 de febrero en la Alameda del Sur, tendrá lugar la jornada «Amor-es sin violencia» que tiene como objetivo difundir y sensibilizar a la población juvenil sobre esta problemática.
Durante el evento se instalará un registro civil en el que parejas de jóvenes podrán jugar a contraer matrimonio comprometiéndose a respetar sus derechos sexuales.
SM/MEL
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